Apuesta con la que ganan todos
En 1970, Milton Friedman publicó La responsabilidad social de los negocios es aumentar sus beneficios. Friedman rechazaba los programas de responsabilidad social corporativa (RSC) considerándolos hipocresía; defendía que las empresas solo debían rendir cuentas a sus dueños y maximizar beneficios.
Igualmente, decía que los empresarios inclinados a estos programas revelaban "un impulso al suicidio".
En estos tiempos de crisis puede surgir la tentación de volver a asumir sus argumentos y aislar las empresas de la comunidad. Pero habría que evitarla viendo que la realidad lo refutó.
Así, rendir cuentas a los stakeholders (los involucrados) en la empresa se ha mostrado con una obligación ineludible, y preocuparse por la sociedad se ha convertido en una exigencia de buena gerencia. Además, algunos de los empresarios que él llamaría con "impulso al suicidio", como Warren Buffett y Bill Gates, y que se hallan entre los líderes en RSC, son considerados modelo de referencia. También han tenido gran éxito.
Por otra parte, más del 80% de las 500 empresas líderes, según Fortune, no solo hacen RSC sino que producen un balance social. En concreto, 8.000 empresas líderes se han afiliado al Pacto Global lanzado por la ONU, que las obliga a una serie de prácticas responsables. Según un estudio de Net Impacto, el 65% de MBA entrevistados dicen que quieren hacer una diferencia social o ambiental a través de sus trabajos.
La evidencia empírica muestra que no hay incompatibilidad entre RSC y beneficios. Orlitzky, en compañía de otros investigadores, hizo un análisis de 52 estudios y concluyó diciendo: "La virtud corporativa en forma de responsabilidad social, y en una escala menor de responsabilidad ambiental, paga ". Y es que hay una estrecha relación entre RSC y el desempeño financiero de la empresa.
H. Jo y M. A. Harjoto, sobre una amplia muestra de empresas americanas, plantean que "en las empresas con RSC, comprometidas con la comunidad, con el medio ambiente y con su personal, potencian sus resultados financieros".
Tan convencidos están algunos exitosos líderes empresariales del rol virtuoso de la RSC, que el presidente de Unilever, Paul Polman, condicionó la aceptación de inversores en la empresa a que participaran en un ambicioso plan de lucha contra el hambre y por la sostenibilidad desarrollado por la compañía. Polman aclaró: "Si usted no entra en el programa, yo lo respeto como ser humano, pero no ponga su dinero en nuestra compañía".
Con la RSC gana la empresa, gana la comunidad y gana el país. Los tiempos han cambiado desde la tesis de Friedman.
Bernardo Kliksberg. Autor, con el Nobel Amartya Sen, de 'Primero la gente'