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Tribuna
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Incentivar la I+D

En el actual contexto de gravísima crisis económica, uno de los sectores que más ha padecido los recortes gubernamentales ha sido el de la I+D+i. Son conocidas las cifras de estos reajustes, cuyos importes oscilan entre la disminución de cerca del 79% de la aportación del Gobierno al Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), hasta la merma del 25,5% de la cantidad global asignada a la I+D+i en todos los ministerios en los últimos Presupuestos Generales del Estado, unos 2.192 millones menos.

Tocada de muerte la participación pública en la I+D+i, queda la esperanza de que el capital privado y el tejido empresarial puedan ejercer el liderazgo en este sector. Por el contrario, uno de los pocos incentivos con que cuenta la empresa privada para la realización de actividades de I+D+i son las deducciones fiscales. Pero, ¿qué ocurre con aquellas empresas sin beneficios, con menor base imponible o reducción de cuota, consecuencia colateral de esta crisis económica? ¿Cómo pueden obtener un retorno fiscal a corto plazo de sus esfuerzos innovadores y de la búsqueda de la excelencia tecnológica? Hoy no pueden. Se necesita un nuevo incentivo a la I+D+i.

Nuestros socios europeos nos llevan ventaja en este ámbito. Francia ha adoptado medidas que permiten la recuperación en forma de ayuda del crédito fiscal acumulado por deducciones de I+D+i, lo cual supone una medida anticrisis, inyectando liquidez en las empresas e incentivando que estas continúen realizando actividades innovadoras. En Irlanda, en plena recesión, los pagos se realizan en varios plazos; las empresas pueden hacer líquidos esos importes porque pueden acudir a una entidad financiera y con la garantía de esas deducciones, conseguir un préstamo. El llamado crédito fiscal a la I+D (tax credit) ya se aplica en 12 países de la OCDE; en EE UU y Canadá, este crédito fiscal se considera, además, un ingreso gravable.

Sin embargo, ante el actual contexto de contención del gasto público, una medida similar en España podría no ser asumible para un Gobierno que necesita urgentemente reducir sus aportaciones. El Ministerio de Economía, no obstante, estaría estudiando vías para movilizar el crédito fiscal (la deducción generada y no aplicada), bajo distintas opciones y escenarios, con el fin de dar valor y ofrecer un aprovechamiento alternativo a dicho crédito. El beneficio resultante se traduciría en un ingente impulso a las actividades empresariales en I+D+i y en una justa compensación del esfuerzo de estas empresas por el que debería ser un objetivo estratégico de nuestra sociedad: la investigación, el desarrollo y la innovación española.

Xavier Cazabón. Director general de Fundación Iniciativas

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