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Tribuna
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La cogeneración, base para reindustrializar

El Gobierno aún no ha decidido qué va a hacer en el campo energético con la cogeneración. Parece que necesita más tiempo para entender las repercusiones de las diferentes alternativas y además está teniendo presiones desde diferentes puntos del mapa energético. Tiene dudas y esto es positivo. En las circunstancias actuales, vale la pena tomar una decisión óptima con un poco más de tiempo que una medida que se deba retocar después. La inseguridad jurídica es el peor escenario para los inversores, que temen cambios de legislación demasiado frecuentes.

La cogeneración es la generación conjunta de energía calorífica y de electricidad y está instalada en novecientas industrias, sobre todo de tamaño mediano. Podemos decir que es generación eléctrica pura y simple. Suministra el 11% de la electricidad requerida por el país.

La cogeneración es también seguridad del sistema. Las instalaciones de cogeneración se ubican en polígonos industriales por toda la geografía, lo que hace que su producción sea distribuida precisamente en aquellos 900 puntos. Además, esas instalaciones están produciendo electricidad en los horarios industriales, cuando hay más consumo y el sistema puede entrar en límites.

La cogeneración es también mayor eficiencia. Es más cara de instalar que otros tipos de generación eléctrica, pero el gasto de combustible por kilovatio-hora es significativamente menor que en estos otros tipos de generación que, como la cogeneración, utilizan combustibles fósiles, principalmente gas. Siendo generación distribuida, necesita menos líneas de transporte de alto voltaje y por eso tiene justamente menos pérdidas de línea. Más eficiencia no solo es equivalente a menos importación de combustibles, sino también a menor generación de CO2, y aunque esto último, en tiempos de dificultades económicas, pueda no parecer tan relevante, sí esperamos que en un futuro próximo sea otra vez asunto prioritario.

La cogeneración tiene inversores, tiene bancos que le dejan el dinero, tiene instaladores y empleados que la operan y mantienen. Tiene grandes proveedores de combustibles fósiles. Y en esto es igual que cualquier otra instalación de generación de electricidad.

Pero sobre todo, y casi por encima de todo lo dicho anteriormente, la cogeneración es industria. Al lado de cada planta hay una fábrica que necesita del calor y de la electricidad generada. En industrias como la química, el papel, la alimentación o la cerámica, cuyos costes energéticos están entre un 5% y un 20% de su valor añadido, la cogeneración es esencial en su cuenta de resultados.

La reindustrialización es una de las claves estratégicas del país para salir de esta gran crisis, y la cogeneración es esencial como launching pad de la toma de decisión de instalar nuevas industrias. Francia tiene energía nuclear barata, los países nórdicos disponen de energía hidráulica sin fin. Nosotros hemos desarrollado la cogeneración. En los últimos diez años, la industria ha pasado de ser el 20% del PIB español al 14%. Esta situación debe cambiar de signo ya.

Si la cogeneración se deja de impulsar pagaremos más por la energía eléctrica, importaremos más combustible, emitiremos más CO2 y además, cerraremos un montón de industrias, ahora en su frontera de viabilidad. Por todo eso, la cogeneración debe tener un papel de gran importancia en el mapa energético español.

Juan Vila. Consejero delegado de Stora Enso Barcelona

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