Un AVE dos veces bienvenido
La adjudicación del último segmento del AVE a Galicia, el que enlaza Puebla de Sanabria con Orense, se ha saldado prácticamente en su totalidad, a falta de cuatro contratos para los últimos 34 kilómetros. ACS, Acciona y Ferrovial se han repartido las mayores porciones de los concursos -más de una tercera parte de los 2.000 millones de la obra-, pero el propio modelo de adjudicación ha propiciado también una alta participación de empresas medianas. Ello ha servido para abrir el abanico de ofertas a constructoras de menor potencia, algo que desde el Ministerio de Fomento se ha tratado de impulsar también a última hora al pedir a las grandes que permitieran en sus consorcios a las pequeñas. En cualquier caso, tanto la propia adjudicación -que apura los últimos kilómetros pendientes de una obra largamente esperada y que mejorará sustancialmente las comunicaciones con el noroeste de España- como el modelo de concurso utilizado para llevarla a cabo constituyen dos buenas noticias. La inversión en infraestructuras tiene un valor vertebrador dentro del tráfico económico y las comunicaciones que hoy resulta más importante que nunca. Como también lo es la adjudicación de contratos a un sector, el de la construcción, que en España vive una profunda crisis.