¿Qué va a hacer la Bolsa española en lo que queda de agosto?
Ya ha pasado una semana desde el último Consejo de Ministros y la última rueda de prensa de Mario Draghi antes del parón de agosto. El Ibex se ha estabilizado en los últimos días y los expertos auguran que desconectar le vendrá bien.
Oscila entre los 6.800 y los 7.200 puntos. Sube y baja con moderación y el volumen de negocio se mantiene en niveles muy inferiores al resto de meses. Es agosto y el Ibex se está tomando unas vacaciones en medio de uno de los años más difíciles de los últimos tiempos.
Los expertos no osan aventurarse a predecir qué pasará a partir de septiembre, pero coinciden en que un parón de declaraciones y, por tanto, un descanso de la volatilidad, le vendrá bien al selectivo español. "El silencio será como un respiro, tranquilidad, que es lo que echábamos de menos. Esa ausencia de declaraciones va a ser positiva, y el haber alcanzado los 7.000 es ya algo muy bueno", asegura el analista de Credit Agricole Mercagentes, Jesús de Blas.
El Ibex no pierde los 7.000 puntos desde el lunes 6 de agosto, a excepción de un instante de debilidad puntual del viernes en que tocó los 6.962. Tampoco ha superado los 7.200 con claridad y los expertos auguran que tendrá dificultades para hacerlo. Los analistas prefieren, sin embargo, que el mes suceda tranquilo, antes de entrar en el torbellino que será septiembre. "Entramos en unos días de transición. Hemos acabado la época de presentación de resultados, los políticos están de vacaciones y tenemos pocos alicientes para romper esa barrera", añade De Blas.
"Lo mejor para la Bolsa española sería quedarse donde está; no veo grandes movimientos hasta que lleguen nuevas noticias de Europa, y esto será previsiblemente a partir de septiembre. Ahora no creo que sea momento de entrar. De aquí a finales de agosto lo más lógico es que el Ibex vaya a apoyarse al entorno de los 6.800 puntos. Los 7.200 puntos parecen complicado de superar", coincide Rafael Romero, director de inversiones Unicorp Patrimonio.
"Esta última semana ha sido positiva. Hemos llegado a los 7.200 puntos, una señal de fortaleza a corto plazo", celebra De Blas, en línea con el departamento de análisis de Noesis, que resume así el comportamiento del Ibex de las últimas semanas: "En plazos muy cortos el Ibex ha superado el techo de los 6.900 puntos para buscar cotas de resistencia de los 7200-7300, donde el índice se ha visto frenado. El giro al alza de las últimas sesiones de julio implica una vuelta a la búsqueda de la resistencia de largo plazo; la posible superación de este nivel confirmaría la figura de doble suelo". Y vaticina para las próximas sesiones que "las dificultades a la hora de superar esta cota establecen las primeras referencias de seguimiento en los 7000 puntos. La pérdida de este nivel implicaría la búsqueda de soportes de medio y largo plazo en la zona de 6.250 y 6.000 puntos".
Esta tranquilidad en la Bolsa viene acompañada de un volumen de negocio por los suelos. El viernes se intercambiaron menos de 1.000 millones de euros en el parqué madrileño, mínimo desde agosto de 2010. La ralentización de la compraventa de acciones se ha acentuado desde el principio de agosto. En lo que va de mes, el volumen de negocio medio diario es de apenas 1.900 millones de euros, muy por debajo de la de julio: 2.979 millones.
¿Y en septiembre?
"En estos momentos el silencio ayuda. Es posible que venga algún tipo de declaración, pero lo que más agradecemos es que no haya declaraciones negativas. Si me dan a elegir, que no haya nada. Estos días en que nadie dice nada, al menos no se contradicen", se congratula De Blas.
La tormenta, sin embargo, volverá. En su última intervención del 2 de agosto, el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, decepcionó a los mercados por enésima vez este año, al resistirse a anunciar compras de deuda soberana (dejó la decisión en manos de los Estados). Queda por ver si el Ejecutivo español se acoge a esta opción o acaba necesitando un rescate pleno. Italia anunciaba también la semana pasada que está valorando la opción del rescate blando. Según el analista Jesús de Blas, habrá un cambio de perspectiva: "Todo el mundo está de acuerdo en que la compra de bonos tendría consecuencias positivas y una cierta flexibilidad en la postura alemana en las últimas semanas hace pensar que podría suceder".
"Lo más probable es que España termine pidiendo el rescate de la deuda, será en septiembre u octubre. La Bolsa se ha disparado en las últimas sesiones desde los mínimos del 23 de julio sin razones lógicas, considero que no es momento de entrar", advierte David Galán, de Bolsageneral.es.