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Antonio Martín. Vicepresidente no ejecutivo de Martinsa Fadesa

"Martinsa Fadesa debe fusionarse"

Antonio Martín Criado, vicepresidente no ejecutivo de Martinsa Fadesa, con el 15% del capital, reclama una concentración en el sector "por razón de Estado"

"Martinsa Fadesa debe fusionarse"
"Martinsa Fadesa debe fusionarse"Cinco Días

Antonio Martín Criado se asoció con Fernando Martín para adquirir Fadesa y crear Martinsa Fadesa. Desde entonces se ha mantenido como vicepresidente no ejecutivo de la compañía, con el 15% del capital, mientras que Fernando Martín, presidente, controla el 44%.

La operación de compra de Fadesa se acordó en 2006 con Manuel Jove y se cerró en 2007, por 4.045 millones de euros. En julio de 2008 la inmobiliaria presentó concurso de acreedores con una deuda aproximada de 7.000 millones de euros; en marzo del año pasado acordó con sus acreedores un convenio, con lo que de manera efectiva la compañía abandonaba la situación concursal. Desde la declaración del concurso, la cotización de Martinsa Fadesa ha estado suspendida en Bolsa; entonces una acción de la inmobiliaria se intercambiaba por 7,3 euros.

La crisis financiera y la situación de la economía española, en particular la del negocio inmobiliario, dificultan la recuperación de Martinsa Fadesa. Sin embargo, Antonio Martín Criado sostiene que Martinsa Fadesa "será una gran compañía". Y considera que la inmobiliaria, como el resto de grandes grupos del sector español, "debe fusionarse".

El sector inmobiliario español suma ya cuatro años de crisis continuada; difícilmente una industria aguanta tanto tiempo seguido de caída de negocio. ¿Qué pueden hacer las compañías españolas para evitar su desaparición?

Las inmobiliarias deben fusionarse de forma que se cree un nuevo mapa español inmobiliario que aglutine un número inferior de empresas mediante fusiones, adquisiciones y absorciones.

El actual número de inmobiliarias cotizadas en la Bolsa española debería reducirse a unas cinco, se trata de una razón de Estado.

Esa concentración afectaría también a su compañía, a Martinsa Fadesa.

Soy partidario, a título personal, de que Martinsa Fadesa se fusione con cotizadas de forma que se complementen favorablemente en sus fortalezas y debilidades. Estas gestiones de fusión o absorción deberían iniciarse de inmediato siempre que el consejo de administración aprecie la bondad de esta posible estrategia y la oportunidad de iniciarla. Todas las decisiones que se han tomado en Martinsa Fadesa han sido por unanimidad.

La mayoría de las empresas que se declaran en concurso en España acaban en liquidación, ¿qué está haciendo Martinsa Fadesa para evitar esa estadística?

Martinsa dejó el concurso al aprobar convenio de acreedores en marzo del año pasado, si bien todavía existe oposición minoritaria por parte de algunos acreedores extranjeros. Ahora mismo la compañía es de las pocas inmobiliarias españolas que está construyendo vivienda y estamos potenciando mucho nuestra presencia exterior, en Europa y en Marruecos. Martinsa Fadesa será, de nuevo, una gran compañía.

¿Para ello requiere fusionarse?

Es un paso que tiene que dar Martinsa Fadesa. Es mi opinión personal, pero también el resto de grandes compañías del sector. Es algo necesario para la buena marcha de la economía española, que nuestro sector inmobiliario encuentre la forma de reestructurarse adaptándose a la actual crisis, reforzándose para competir en el futuro ya que, si desapareciera, se perdería un sector empresarial que durante muchos años ha aportado una parte importante de nuestro PIB y nuestro empleo. Y no descarto que en ese proceso de fusiones pudieran implicarse también grupos inmobiliarios extranjeros.

La fusión de dos inmobiliarias ahora , ¿no provocaría la creación de una compañía con un nivel de deuda todavía más excesivo que el actual?

Ahí tendría que haber una acción coordinada tanto a nivel empresarial como político y financiero. Las inmobiliarias tendrían que tener facilidades para poder situar sus activos más castigados en una nueva sociedad, en un banco malo que los aglutine y los vaya dando salida, separando de sus balances esos activos.

Del 'banco malo' a la 'inmobiliaria mala'

La pasada semana el ministro de Economía, Luis de Guindos, adelantó que el Gobierno espera que antes de fin de año esté operativo el conocido como banco malo: una sociedad de gestión de activos que recibirá activos problemáticos de entidades financieras.La nueva sociedad adquirirá los activos y, a cambio, los bancos podrán recibir, bien una participación en el capital de dicha sociedad, bien bonos emitidos por la sociedad y garantizados por el Estado, o pagos en metálico o en valores.A principios de este año Antonio Martín Criado escribió una tribuna en este diario en la que aportaba una solución similar para los activos tóxicos inmobiliarios del sector financiero, pero, también, para los del inmobiliario privado. "Al igual que a las instituciones financieras se les permite crear un banco malo inmobiliario, también las inmobiliarias cotizadas deben disponer del mismo instrumento para racionalizar la salida de los stocks en almacenes reguladores", insiste. Una vez creado el banco malo, las inmobiliarias "deben tener las mismas condiciones de amortización de deuda que se les ha concedido a las entidades financieras respecto a sus propios acreedores, entre otros motivos porque es lo que conviene a la economía española y por la competencia desleal que se produciría de otro modo", defiende.En opinión de Martín, debería establecerse una comisión que reúna a "las principales inmobiliarias cotizadas y a las seis principales entidades financieras acreedoras del conjunto de esas inmobiliarias, con el fin de que analicen y aporten las alternativas para desarrollar el plan, sin precipitaciones que pudieran significar la destrucción del sector inmobiliario privado", advierte.

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