Buenos augurios en el mercado de renta fija
Se ajustan los descuentos implícitos en los precios de la deuda soberana española. Esta misma semana, el bono español a 10 años llegó a venderse en el secundario al 88% de su valor nominal. Esto significa que los inversores estaban descontando ya una pérdida del 12% en la deuda pública española de referencia. Sin embargo, el anuncio conjunto de Merkel y Hollande ha relajado la presión considerablemente: el descuento implícito se situó en el 6%, algo normal cuando se trata de deuda de largo plazo.
Se relaja la presión en los tramos más cortos de la deuda. Las letras españolas a tres meses cotizaban este viernes en el secundario al 1,6%. Es una cifra elevada, pero lejos del 2,1% al que llegó a cotizar esta misma semana. Al mismo, ha desaparecido la anomalía del miércoles, en la que toda la deuda desde los vencimientos a cinco años en adelante cotizaba por encima del 7%. En la sesión del viernes, solo los bonos a 20 años rebasan esa cifra crítica de tipo de interés.
Crece el apetito por el riesgo. La creciente incertidumbre que rodea a España e Italia había provocado que no solo Alemania, sino varios países de la eurozona cotizaran a tasas negativas en sus bonos. Es decir, eran los inversores los que pagaban por comprar la deuda. Esta dinámica, indicadora del miedo de los inversores, empezó a corregirse el viernes. Bélgica, Austria y Finlandia regresaron a tasas positivas, aunque cerca del 0%. Entre las grandes economías de la eurozona, únicamente Holanda y Alemania siguen con tasas negativas en algunos de sus bonos y, de hecho, son los bund germanos los únicos que cotizan en negativo en los vencimientos a dos años. Hace una semana, había hasta cinco países en esa situación.
Caen los CDS del sector bancario. Los contratos de cobertura de impago de Santander y BBVA descendieron el viernes 26 puntos, evidenciando que los inversores contemplan ahora un riesgo menor para las principales entidades financieras.