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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Mario Draghi toma más responsabilidad

El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, reapareció ayer, como esperaban los agobiados responsables políticos del sur de Europa, especialmente en Italia y España, y devolvió la autoestima al proyecto del euro y la tranquilidad a las Bolsas y los mercados de deuda. "El Banco Central Europeo está dispuesto a hacer lo que haya que hacer para garantizar el éxito del euro, y créanme, será suficiente". Este mensaje disparó las Bolsas de toda Europa, con una subida del 6% en el Ibex y un descenso de las primas de riesgo de los países más estresados. Concretamente descendió unos 50 puntos en España e Italia, que estaban bajo la lupa de los inversores, con unos tipos para sus emisiones soportables durante poco tiempo. Cuando todos reclamaban en el sur una actuación del presidente del BCE, bastó una simple frase para empezar a poner las cosas en su sitio.

El banquero italiano admitió una ampliación de sus responsabilidades económicas en la zona euro y no es baladí dónde lo hizo. Fue en la City de Londres, una de las plazas financieras donde más, si no desde la que más, se instiga para debilitar el proyecto de la Unión Monetaria. Advirtió que hará lo que sea necesario para preservar el euro, para hacerlo irreversible, para frenar los movimientos especulativos alimentados desde fuera del territorio euro. Está claro que Draghi, críptico muchas veces en sus planteamientos, fue muy explícito en Londres, aunque está por ver aún cuáles son las medidas que aplicará el banco para aliviar las tensiones de los países que están inmersos en profundos procesos de reformas para recuperar el crecimiento.

"Las altas primas de riesgo, desde el punto que impiden la correcta transmisión de la política monetaria, caen en nuestra responsabilidad", dijo. Admitió así, por enésima vez, que la frontera entre la política monetaria y la fiscal es cada vez más fina, como no puede ser de otra forma cuando lo que está en juego es la riqueza y el bienestar de más de 300 millones de personas, y una moneda que es el símbolo de superación de conflictos históricamente mal resueltos en los últimos 150 años. Draghi ya practica política fiscal cuando inyecta sin límite y a bajo coste dinero a los bancos para garantizar su funcionamiento y esa liquidez se convierte en el motor de financiación de los Estados, puesto que es la banca quien compra en masa deuda soberana.

Si una simple declaración relaja cuantitativamente tanto los tipos de los bonos, una actuación en toda regla puede ponerlos en valores que permitan la financiación estatal sin riesgos para el crecimiento. Pero estas palabras y sus hechos no liberan a los Gobiernos del Sur, al español tampoco, de cumplir sus compromisos fiscales con puntualidad, sobre todo tras dar un lamentable desempeño fiscal durante tres años consecutivos, que ha hecho perder la fe en las posibilidades reales de controlar el gasto en España.

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