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Situación límite

Ataque sin control al mercado de deuda español

La prima alcanzó ayer nuevo récord en 643 puntos. El Ibex cerró con una caída del 1,10%, la menor de Europa, tras prohibir la CNMV las posiciones cortas en todos los valores.

Lunes del mismo color que el viernes: negro. El mercado español vivió una nueva jornada de fuerte presión con la prima de riesgo en otro máximo histórico. Tocó los 643 puntos, aunque cerró a 632. El Ibex llegó a ceder el 5,4% al perder el soporte de los 6.000 puntos; al final, concluyó con una bajada del 1,10%. La fuerza vendedora en el selectivo se debilitó una vez que la Comisión Nacional del Mercado de Valores decidió prohibir las posiciones cortas en todos los valores durante tres meses. Compañías como Gamesa y Repsol han perdido el 12% y 6,5% en dos jornadas.

La hemorragia de España se extendió sobre Italia. El FTSE/MIB llegó a ceder el 5,2% -terminó con un recorte del 2,76%- y el diferencial de su deuda sobre la alemana alcanzó los 516 puntos básicos. El organismo regulador optó por vetar igualmente las posiciones bajistas, pero solo en el sector bancario y de seguros, y durante una semana. Entidades como Unicredit bajaron el 5% en el peor momento de la sesión.

Los expertos creen que lo más preocupante es el rally de los plazos más cortos de la deuda española. El bono a 10 años ha tocado el 7,5%, pero el de dos y cinco años han saltado al 6,5% y 7,4%.

El resto de los mercados sufrió la gravedad de la situación de los periféricos. Y el resumen de su sesión fue peor que en España, que contó con el favor de la CNMV. El Dax cayó el 3,18%, y el Footsie y el Cac, el 2,09% y 2,89%. La Bolsa griega se desplomó un 8,1%. Las dificultades se suman para los mercados europeos. Las referencias que llegan desde Grecia invitan a pensar una vez más en su posible salida del euro, tal y como ya apuntaron algunos miembros del partido de Merkel este fin de semana.

La crueldad con que miran ahora los inversores a España está originada por la problemática de las comunidades autónomas. Valencia ha pedido formalmente ayuda al Estado, mientras que Murcia y Cataluña sopesan esa posibilidad. Y en la mente de todos está que tras el rescate a la banca y a las comunidades autónomas llegue el de España. "Desde fuera se está viendo que se está dando solución al riesgo financiero. Ahora empiezan a conocerse los problemas de las comunidades y se desconoce su alcance. Los inversores ante esta incertidumbre se marchan", explica Susana Felpeto, subdirectora de análisis de AtlCapital.

Analistas, políticos, economistas y más personalidades claman cada día por una actuación rápida y contundente que sirva para aliviar la situación. Bruselas reconoció ayer que hay instrumentos para calmar los mercados "si el país lo pide". La fórmula que se utilizaría sería la compra de deuda a través del fondo de rescate europeo.

Los analistas consideran que, a corto plazo, la única solución es la compra de deuda. Y apelan al Banco Central Europeo, que ha insistido en los últimos días que no va a ir en esa dirección. "Creo que hay una opción de actuación del BCE. Su mandato está centrado en conseguir la estabilidad de los precios, pero también en salvaguardar el equilibrio financiero. La mayor parte de la cartera de los bancos son bonos; si hoy este activo cae, también lo hace el resultado de las entidades, y eso afecta a la solidez financiera", explica Miguel Ángel Rodríguez, de XTB.

El profesor del Instituto de Estudios Bursátiles Miguel Ángel Bernal cita la falta de crecimiento como otro de los escollos del momento. "Se están haciendo recortes, pero desconocemos qué política se va a seguir para crecer. Si no tienes ingresos...", dice.

El grado de desconfianza ha alcanzado niveles inimaginables. Pero Rodríguez destaca que este nuevo episodio de recrudecimiento en la crisis ha aparecido con poco dinero. "El mercado de renta fija está roto. No hay precios y cuando se cruza alguna posición, con poco dinero se disparan los precios", dice.

Susana Felpeto reconoce que existe la posibilidad de un rescate a España, aunque considera que sería una decisión difícil de tomar. "Hace unos meses se decía que un rescate a España o Italia sería algo complicadísimo y de gran coste, y eso sigue siendo así". "Lo que no entiendo es la reticencia del BCE a comprar deuda ¿Por qué lo hizo antes?", añade.

Ante esta extensa volatilidad y depresión de los mercados, la recomendación de los analistas a los inversores es que permanezcan al margen. Bankinter recogía ayer en un informe que "hay que seguir reduciendo riesgos tanto como sea posible a lo largo del verano, cualquiera que se tenga, no solo de Bolsa, y favorecer las posiciones de liquidez hasta conocer el desenlace de la situación que aflorará entre septiembre y octubre". "¿Quo vadis, euro?", se preguntan los analistas del banco. La cotización de la divisa europea alcanzó ayer la paridad de 1,213 dólares, el nivel más bajo desde junio de 2010.

De momento, hoy el Tesoro afronta una subasta de letras a tres y seis meses que ha adquirido gran importancia. Las recientes emisiones han salido adelante, pero con las compras únicamente de los bancos españoles y con un incremento de los costes considerables. Desde el jueves pasado que realizó su última operación, la prima de riesgo ha pasado de 530 a 632 puntos básicos. José Manuel Pazos, socio director general de IGF, destaca que "el efecto corrosivo de los costes de financiación soberana se filtra a bancos y llega multiplicado a empresas y familias". A su juicio, las entidades financieras "no pueden seguir comprando deuda española sin más". Para él, la situación es "grave", "tanto como para que algo importante ocurra".

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