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Primera edición del ciclo de conferencias La España del nuevo decenio

Los grandes retos del nuevo decenio

Expertos de distintas áreas se plantean en voz alta el futuro de España en mitad de una profunda crisis de identidad .

Dos frases coloquiales: "esto tiene arreglo" y "hay que arremangarse" son las que más concisa y rotundamente resumen las conclusiones alcanzadas durante la primera edición del ciclo de conferencias La España del nuevo decenio, organizado por la Fundación Mutua Madrileña y la Fundación Ortega-Marañón. Dos frases que, por sí solas, no dan la medida de la profundidad del debate que se produjo a raíz de las intervenciones de los 34 expertos que fueron invitados a las ocho mesas redondas, pero que sí inciden sobre el cambio de actitud necesario para que la España del futuro se sobreponga a este presente tan poco prometedor.

La primera de esas frases -"esto tiene arreglo"- ya reconoce implícitamente la existencia de un problema pero, frente al mismo, evoca justo lo contrario de la resignación y la derrota. Destierra ese pesimismo sombrío y cuasi apocalíptico que acecha a los ciudadanos, en opinión de los expertos, y se limita a recordar que, por cada uno de los problemas planteados, existe un número infinito de soluciones posibles. A fin de cuentas, como rezaba el título de uno de los libros del economista Enrique Fuentes Quintana, De peores hemos salido. La segunda -"hay que arremangarse"- no solo asume de partida el compromiso de cambiar el presente, sino que invoca directamente a la acción. Esta frase da título, además, al libro editado por la Fundación Mutua Madrileña que compendia lo esencial de lo dicho en el ciclo, pero ya fue pronunciada por el ex vicepresidente económico Pedro Solbes allá por junio de 2010, durante la segunda jornada de ExpoManagement. Una propuesta que, en cierto modo, no ha perdido vigencia, pues la situación socioeconómica de España no ha mejorado desde que Pedro Solbes la pronunció. Más bien se ha enquistado, admiten los expertos. El paro ha seguido creciendo imparable, la prima de riesgo continúa sin dar tregua, el viernes llegó a rebasar los 610 puntos básicos, y el conjunto de las Administraciones públicas se ven abocadas por mandato de Bruselas a adelgazar su déficit y su grado de endeudamiento. Para ello, han emprendido una serie de ajustes y reformas que por primera vez afectan a partidas de gastos hasta ahora intocables, como eran la sanidad, la educación y otros servicios sociales como la dependencia. Parte de las medidas que fueron abordadas en el ciclo de conferencias, como la aplicación del copago sanitario, el recorte de la prestación por desempleo o la subida del IVA del 18% al 21%, hoy ya son una realidad.

"Se vació la piscina"

Todos los ponentes estuvieron de acuerdo en que España debe cambiar de modelo económico y, sobre todo, productivo, para lo que es vital estimular la cultura del emprendimiento empresarial para favorecer la innovación y el empleo.

También es urgente, en opinión de la mayoría de los expertos, la reforma del modelo educativo con el fin de favorecer la excelencia y acceso a los mercados de trabajo, nacionales e internacionales, y también del energético para dar mayor peso a las energías más baratas y reducir el coste de la factura española, habida cuenta de la elevada dependencia que tiene la economía del petróleo.

Los conferenciantes estuvieron de acuerdo en que darle la vuelta a la actual situación no será fácil, pero desde luego no será posible si a todas las reformas planteadas no le acompaña un liderazgo fuerte y una dirección política decidida, factores imprescindibles para que las instituciones económicas, financieras y políticas recuperen su prestigio y confianza entre la ciudadanía.

"Se vació la piscina". Esta fue la expresión que usó el catedrático de Economía de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) Emilio Ontiveros con el fin de ilustrar la tremenda depresión en la que se encuentra inmersa la frágil economía española. Un proceso de vaciamiento y de desertificación económica que la mayoría de conferenciantes atribuyó no tanto a la pésima coyuntura global como a una imprevisión generalizada y a los excesos cometidos durante la larga época previa de bonanza.

Consecuencia de dichos excesos es el bloqueo actual del sistema financiero, que ha dejado de suministrar crédito al circuito económico, lo que representa, junto al déficit público, la gran preocupación de los expertos. Las medidas adoptadas por el Gobierno y el Banco de España en 2010 y 2011 fueron consideradas favorablemente. No obstante, no ocultaron una crítica unánime a la lentitud con la que se implantaron dichas actuaciones. En definitiva, todos los participantes en el debate concluyeron que de lo que se trata es de ser más eficientes. "Debemos ser más productivos, más competitivos, trabajar mejor y elevar sobre todo nuestro capital de conocimiento", aseguraron.

Para ello, insistieron en que resultará clave recuperar la estabilidad financiera a medio plazo con el único objetivo de no seguir estrangulando la financiación privada. El dilema, se preguntaron, es a qué ritmo deben acometerse las reformas para hacer compatible el saneamiento con el crecimiento económico. Y, por último, pero no menos importante: cambiar el mensaje. "Podemos arreglarlo. Lo vamos a arreglar".

34 ponentes y 8 debates

El primer ciclo de conferencias La España del nuevo decenio contó con 34 expertos en distintas disciplinas que participaron en 8 mesas redondas abiertas al público. Los debates se produjeron entre marzo y diciembre de 2011 y lo esencial de lo dicho allí ha sido recientemente publicado bajo el título Hay que arremangarse. Diagnóstico y soluciones a los problemas de España.

"Necesitamos que Estado y sociedad civil defiendan nuestros intereses comunes"

El sexto debate del ciclo de conferencias, convocado bajo el lema La vertebración de la sociedad civil en España, abordó la problemática desde otra óptica. Para el director del Instituto Universitario Ortega y Gasset Fernando Vallespín, las carencias esenciales de la sociedad civil española nacen de la falta de compromiso ciudadano y del desinterés por la política. Según él, los medios han sido corresponsables de esa tendencia, pues "simplifican el debate político y fomentan la división social". El abogado Antonio Garrigues hizo una lectura más cultural del fenómeno y culpó de esas flaquezas al individualismo latino. "En España podemos cambiar las cosas", señaló, "pero debemos perder ese miedo al poder tan propio de nuestra cultura".La irrupción del 15-M en el panorama sociopolítico español también fue objeto de debate. José Pablo Ferrándiz, vicepresidente de Metroscopia, dijo que el movimiento es una evidencia de la desconfianza en la clase política. "Pero no en el sistema", se apresuró a matizar. "La sociedad no reniega de la política; quiere participar, aunque sea por canales complementarios a los establecidos", dijo. Vallespín sostuvo que "el 15-M nos debería hacer reflexionar a todos, pero sobre todo a los políticos" y apeló a la cooperación entre los ámbitos público y privado: "Necesitamos que Estado y sociedad civil defiendan nuestros intereses comunes", proclamó.

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