Las empresas vaticinan cierres y despidos
"Es un hachazo, nos deja heridos de muerte", lamentan desde las patronales
"Juan, ¿de verdad que tengo que subir el IVA hasta el 21%?". Y a Juan Martínez-Tercero, presidente de la Federación de Salas de Fiesta, Baile y Discoteca de España (Fasyde), le duele la respuesta. Su sector, uno de los más afectados por la subida del impuesto sobre el valor añadido (IVA), se enfrentará en septiembre a una medida "injusta e injustificable": el incremento del tributo del 8% al 21%, como le ocurrirá a cines, peluquerías y servicios funerarios. "Lo he hablado estos días con los compañeros y cuanto más lo miramos, cuanto más lo pensamos, menos sentido le encontramos", cuenta Martínez-Tercero, que encabeza la única organización empresarial de un colectivo con 8.000 locales con licencia en España. "Uno llega a la conclusión de que el Gobierno desconoce nuestro sector. Somos pequeñas y medianas empresas. No tenemos subvenciones. Somos empresarios que estamos obligados a mantener una inversión, a mejorar los locales... Y cualquiera que salga y se tome una copa, sabe que llevamos años sin subir los precios. Pero ya no podremos aguantar sin incrementarlos. No es por llorar, no es decir por decir 'vamos a cerrar'. Es la realidad".
El Ejecutivo, que rechazaba la subida del IVA cuando estaba en la oposición, subirá a partir de septiembre el tramo general del 18% al 21% y el reducido del 8% al 10%. Intenta aumentar la recaudación en tiempos de crisis -hasta 22.100 millones más hasta 2014- para controlar el déficit y contentar a sus socios europeos. "No hay dinero en las arcas públicas para pagar servicios", se justificó ayer en el Congreso el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. Y esa situación límite obliga a subir impuestos y a recortar, según defiende el Gobierno.
Las patronales prevén que el alza del IVA hará caer un consumo ya de por sí deprimido -la previsión del Ejecutivo antes de los planes de recorte era que en 2012 iba a bajar un 3,1%-. La mayoría de los sectores consultados ve casi imposible evitar la subida de precios porque tras cinco años de crisis los costes ya se han ajustado casi al límite, según defienden. E incrementar los precios en un país con 5,6 millones de parados, como es lógico, significa vender menos, despedir e incluso cerrar. Como un bumerán, alertan de que la medida puede empeorar la situación. ¿La tesis? Más impuestos, menos consumo, menos recaudación.
Si los empresarios son incapaces de mantener el coste para el cliente y sacrificar parte de sus beneficios, como auguran la mayoría, no solo subirán las copas. También morir saldrá más caro. Y el transporte del cadáver. Y el cine. Y el libro electrónico. Y la factura de la luz. Y el gas. Y el coche. Y la vivienda nueva. Y la cesta de la compra. Hasta las flores. De ahí que prácticamente todo el tejido empresarial español critique la medida del Gobierno.
SALAS DE FIESTA. Tras caer el consumo en las discotecas y el número de visitantes, la patronal Fasyde alerta de que los 8.000 locales que tienen licencia de sala de fiestas, baile y discotecas no podrán asumir el incremento del IVA sin aumentar los precios. "Cuando leíamos que el Gobierno preparaba el alza, pensamos que con dos puntos (del 8% al 10%) de subida podríamos tirar hacia adelante. Pero es que el aumento que nos hacen (del 8% al 21%) supone un incremento inmenso. Las repercusiones serán graves", advierte el presidente de Fasyde, que augura cierres. "Las pequeñas empresas ya no pueden asumir más esfuerzos, y los grandes, que han hecho grandes inversiones, ¿cómo lo harán estando hipotecados?". Martínez-Tercero reivindica el papel de su sector en la industria turística porque los visitantes vienen a "algo más que a dormir" y a algo más que tomar el sol. "Una buena noche favorece a un buen destino", resume. "Ayuda a que los turistas lo elijan como el lugar de vacaciones. Ibiza, y lo digo como un ejemplo ya que podría citar otro lugar, demuestra cómo nuestro sector puede ayudar a aumentar las visitas. Las playas se acaban por la noche. ¿Y qué hace el turista después de las nueve?".
ALIMENTACIâN. "Es un freno en seco al consumo", asegura Horacio González Alemán, director general de la Federación Española de Industrias de la Alimentación y Bebidas, que agrupa a buena parte de una industria con alrededor de 30.000 empresas, de las que el 96% son pequeñas o medianas. El sector, con casi medio millón de trabajadores directos y una aportación del 7,5% al producto interior bruto, sufrirá distintas subidas impositivas según el tipo de producto que venda -el IVA de las bebidas alcohólicas, por ejemplo, se incrementará del 18% al 21%; las no alcohólicas, del 8% al 10%-. "No podemos decir si se van a cerrar empresas porque no sabemos cómo reaccionará el consumo. Lo que está claro es que no subirá. De todas formas, llorar ya no sirve de nada", sostiene González Alemán, que prefiere pedirle al Gobierno que "compense" la medida con "reformas que urgen". Entre ellas, una "ley de mercado único, ya que ahora hay 17", y un plan para potenciar el turismo ("60 millones de turistas vienen a España todos los años y consumen").
SERVICIOS FUNERARIOS. El sector, que pasó del IVA general al reducido hace 15 años, sufrirá en septiembre un salto de 13 puntos. Y desde las funerarias ponen un ejemplo para ilustrar su incomprensión: el transporte de pasajeros tiene una carga tributaria del 10%; el del difunto subirá al 21%. 26 millones de personas tienen seguro por deceso en España, según la patronal Unespa, que descarta "subidas automáticas de precios". "Es un mercado competitivo. Muchas mutuas lo asumirán", adelanta un portavoz.
PELUQUERÍAS. Del 8% al 21%. "Es un hachazo el sector. Nos dejan heridos de muerte", critican en un comunicado la Federación Española de Imagen Personal, la Asociación Nacional de Empresas de Imagen Personal y la Confederación Española de Peluquerías y Esteticistas, que calculan que se perderán "más de 10.000 puestos de trabajo" y vaticinan el cierre de 3.000 empresas. Esta industria agrupa a 80.000 compañías, que dan trabajo a 180.000 personas, según datos de estas entidades, que defienden que muchos clientes "no podrán asumir la subida de precios".