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Sostenibilidad, Cumbre de Río y escuelas de negocio

La reciente Cumbre de Río se ha cerrado con desigual éxito. Las crónicas nos cuentan que solo se ha firmado un acuerdo de mínimos y que no va a ser fácil implementar algunas de las medidas para favorecer el desarrollo sostenible. Sin embargo, soy optimista. Más de 300 universidades, escuelas de negocio y otras instituciones de educación superior han acordado una hoja de ruta para la educación ejecutiva responsable. No se trata de un canto a la utopía, sino de buscar nuevas formas de gestión que permitan crear valor para el accionista, para el entorno y para los stakeholders. Ya se han sumado 19 instituciones españolas: ESADE, IE Business School, Deusto, IESE, la UNED o la Fundación CIFF están entre los firmantes.

La Declaración de Río se titula "El futuro que queremos" (ENG) y se concreta en tres acciones. La primera consiste en la creación de un grupo que lidere e incentive a las instituciones educativas. Se trata de reconocer el valor de la implementación de los principios de sostenibilidad. Los seis principios son:

Principio 1. El negocio con causa: el estudiante como futuro generador de valor sostenible para el negocio y la sociedad

Principio 2. Valores. La inclusión en los programas académicos de los valores de la responsabilidad global y las iniciativas del UN Global Compact

Principio 3. Método. La creación de nuevos marcos de trabajo, materiales o procesos para mejorar la experiencia educativa.

Principio 4. Investigación. Apostar por el desarrollo de contenidos y herramientas prácticas, con resultados tangibles.

Principio 5. Alianzas. Conectar con las corporaciones para extender el conocimiento y hacerles partícipes de los desafíos de la sostenibilidad.

Principio 6. Diálogo. Crear espacios para conectar a estudiantes, empresariado, gobierno, medios de comunicación y sociedad civil.

Los principios han sido desarrollados por seis organizaciones académicas en coordinación con el UN Global Compact. Parece un buen equipo titular.

La segunda acción es evaluar a las escuelas participantes. Se sacará de la lista a quienes no implementen efectivamente el plan y los principios. Es una apuesta arriesgada, pero que alimenta el compromiso. La tercera acción consiste en la creación de capítulos regionales para mejorar el desarrollo sostenible adecuado al entorno local.

De momento, se ha publicado el documento Inspirational Guide for the Implementation of PRME: Placing sustainability at the heart of management education. Recomiendo su lectura a quienes quieran ver ejemplos concretos de cómo hacer de la sostenibilidad un negocio rentable.

Por tanto, soy optimista. El cambio necesario tiene que ser posible.

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