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Tribuna
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Respeto por el potencial del gas

En pocos años, el sector energético español se ha visto inmerso en profundos cambios. Los motivos son un escenario internacional en continua evolución y los ajustes de un sector, el energético, que se ha convertido en una pieza clave para la competitividad económica y social de nuestro país. La energía, sin duda, contribuye de una manera decisiva al desarrollo de una zona y, por lo tanto, la consecución de un mix donde todas las energías disponibles encuentren su espacio se ha convertido en uno de los grandes retos a conseguir.

Cada energía tiene su idiosincrasia, sus potenciales y sus debilidades, y la clave para encontrar un buen equilibrio energético debería pasar por aprovechar al máximo las virtualidades desarrolladas por cada una, evitando dañar su valor competitivo.

Sin ir más lejos, el sector del gas se ha desarrollado en nuestro país durante los últimos 40 años, sin afectar al libre desarrollo del resto de energías. Durante este periodo se han construido todas las infraestructuras existentes y se ha creado una industria muy potente que hoy supone el 0,5% del PIB español y emplea a más de 150.000 trabajadores.

Estamos hablando de la energía tradicional que tiene más capacidad para ayudar a conseguir los requisitos que marca Europa para 2020: 20% de eficiencia energética, 20% de disminución de emisiones y 20% de energías renovables.

Pero, para continuar contando con un sector potente, capaz de garantizar la seguridad de abastecimiento de la energía eléctrica en España y, a la vez, continuar generando riqueza -el sector del gas factura 18.000 millones de euros entre su rama principal y las áreas de transformación, y lleva sumadas unas inversiones de más de 13.000 millones de euros desde el año 2000- es necesario que las políticas sectoriales permitan un crecimiento sostenible del sector.

En primer lugar, el índice de penetración del gas en España en el sector residencial (27%, frente a una media del 60% en Europa) nos da un importante potencial de crecimiento, que puede realizarse de forma muy eficiente puesto que un 75% de la población española reside en ciudades donde ya ha llegado el suministro de gas.

Para este colectivo y para el sector terciario, la industria del gas tiene disponibles tecnologías de gran eficiencia como la cogeneración para edificios públicos y terciario; la microcogeneración para el ámbito residencial; bombas de calor a gas, además de las ya tradicionales calderas de última generación, que proporcionan calefacción y agua caliente de una manera ininterrumpida.

La industria es otro sector importante a tener en cuenta. Actualmente, existen hasta 700 MW de potencia instalada en cogeneración que funcionan con combustibles más contaminantes y que son susceptibles de cambiar a gas. En este sentido, es necesario destacar el valor añadido de una empresa que cogenera y es capaz de generar su propia energía, a la vez que reduce su factura energética, incrementando así su competitividad en el mercado.

Por otro lado, en momentos como el actual, donde las grandes urbes cada vez están más concienciadas en materia de sostenibilidad, la movilidad deviene un elemento clave a solucionar, dado que afecta a la calidad del aire y por lo tanto a la salud de las personas que lo respiran. En este sentido, los expertos defienden que la solución no pasa únicamente por el desarrollo de una tecnología, sino por la confluencia de varias (vehículos a gas y coche eléctrico, entre otras). Por lo que al gas se refiere, ya existen varias ciudades en nuestro país con un importante desarrollo de flotas que se mueven con esta fuente energética.

Otra medida importante para el sector es el incremento de las interconexiones con Francia y, por lo tanto, el desarrollo de un corredor ibérico del gas que permita que el gas que entra a nuestro país -vía gasoducto o a través de las seis centrales de regasificación- llegue al centro de Europa. Esta situación consolidaría la Península como una importante puerta de suministro para el continente.

En definitiva, estas son algunas de las propuestas que pueden dar estabilidad el sector del gas y repercutir positivamente, en gran manera, en la recuperación económica del país. Pero para que esto ocurra es necesario que el gas pueda competir libremente en el mercado, en igualdad de condiciones que el resto de energías.

Antoni Peris. Presidente de Sedigas

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