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Alimentos de calidad

Delicatessen del cerdo para luchar contra la crisis

La cadena de venta de embutidos selectos Viandas de Salamanca ultima planes para abrir su séptima tienda

Ángel Valiente, propietario de Viandas de Salamanca
Ángel Valiente, propietario de Viandas de SalamancaPablo Moreno

¿Qué mejor momento que la peor crisis de la historia moderna para expandir tu empresa de venta de embutidos ibéricos de alta calidad? Algo así han debido pensar Ángel Valiente, su primo Rubén Valiente y Pedro Martín. Su empresa, Viandas de Salamanca, acaba de inaugurar su segundo establecimiento en Madrid, en la calle Goya -la quinta de la cadena-, busca un local para establecerse en la zona de la calle Preciados-Sol en Madrid y están a punto de abrir un segundo punto en Bilbao.

En 2006, los dos primos Valiente no estaban contentos con sus empleos en la industria cárnica y crearon una empresa con 4.000 euros cada uno. Adquirieron una furgoneta de segunda mano y comenzaron a viajar regularmente a Barcelona a vender embutidos ibéricos a puerta fría, restaurante por restaurante. "Elegíamos solo lo mejor de cada fabricante de la zona", recuerda Ángel Valiente. "Dormíamos en gasolineras o en la furgoneta, nos íbamos sin pagar los cafés de las estaciones de servicio... incluso vendimos cervezas en las fiestas del Orgullo Gay en Madrid para poder acabar el mes".

De repente, las tiendas a las que servían en Barcelona encontraron un nuevo proveedor, lo que les obligó a reinventarse. "Decidimos darle un giro y montar nuestra propia tienda en Salamanca". El producto ofrecido, todo tipo de jamón ibérico y paleta de distintas formas (enteras, deshuesadas, en lonchas, en vacío o en tacos), además de productos típicos, como el hornazo (empanada con jamón, lomo y chorizo); farinato (grasa de cerdo ibérico, miga de pan, manteca de cerdo y cebolla, sazonado con sal, pimentón, comino, ajo, cebolla, anís en grano, aguardiente y aceite de oliva); morcilla salmantina a base de piñones, además de productos relacionados con el cerdo como lomos o panceta curada o salchichones.

La tienda fue funcionando y se plantearon la apertura en otra ciudad. Y la elegida fue Bilbao. "Es una zona muy exigente, complicada", recuerda Valiente. Y después vendría Pamplona, Madrid, ciudad esta última en la que acaban de inaugurar su segundo punto de venta. "Decidimos entre los tres la ciudad en la que nos queremos establecer. La zona exacta la elegimos yendo allí, observando, sin contratar ningún estudio".

Todas las aperturas se llevan a cabo sin endeudamiento. Y sin temer la recesión económica. "En tiempos de crisis, la gente sigue pensando que pasará algún día y sigue innovando, sigue creando".

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