_
_
_
_
_
Crisis en la zona euro

Independencia y rigor para la unión bancaria

Draghi pide que el proyecto se aborde sin urgencias y con la colaboración de los supervisores nacionales.

Además de ser el juez supremo de la política monetaria en la zona euro, el Banco Central Europeo (BCE) va a convertirse en el órgano que supervise el sistema financiero de la región. La última cumbre de la Unión Europea acordó avanzar en la unión bancaria y dar nuevos poderes de vigilancia al BCE, más allá de los que ejercen las respectivas autoridades nacionales. Esta nueva atribución del BCE será además, según lo impuesto por Alemania, condición indispensable para poner en práctica la inyección directa de capital a la banca, por la que suspira el Gobierno español, si bien su materialización puede llegar demasiado tarde para aliviar la presión sobre la deuda soberana española.

Mario Draghi, el presidente del BCE, aplaudió ayer el gran paso dado por los líderes de la zona euro hacia la unión bancaria, pero advirtió de los requisitos necesarios para que ese proyecto sea una realidad que no afecte de ningún modo a la credibilidad e independencia que defiende la institución. Y las condiciones de Draghi son también doctrina para España, que depende de la rapidez y voluntad política que ponga la UE en la construcción de la unión bancaria para que sus entidades financieras reciban las ayudas de forma directa, y no a través del FROB, en perjuicio del ratio de endeudamiento sobre el PIB.

Draghi insistió ayer en que el proyecto debe abordarse de "forma rigurosa e independiente", de modo que no ponga en riesgo la reputación del BCE. Debe diferenciar también claramente la labor de supervisión de la tarea de política monetaria y trabajar estrechamente con los supervisores nacionales. Draghi puso un especial acento en este punto, recordando su etapa como gobernador del Banco de Italia, y aprovechó para recordar que son los bancos centrales nacionales los que manejan la información más detallada y directa sobre sus respectivos sistemas financieros. Y en un discurso claramente dirigido a la clase política, advirtió también que la creación de una unión bancaria europea debe ir acompañada de una mayor transparencia democrática de las instituciones europeas, que después de todo, no son elegidas directamente por los ciudadanos.

"Sin drama si hay retrasos"

Frente a la expectación con que en países como España se aguarda el inicio de la unión bancaria -y que la UE no prevé empezar a estudiar hasta final de año-, Draghi señaló que se hará "lo más rápido posible", pero "no hay que dramatizar si se hace unos meses más tarde". "Hay que hacerlo bien", advirtió.

Condiciones sin excusa en el uso del MEDE

Mario Draghi dejó ayer meridianamente claro, para decepción de los mercados, que su tarea ya no está en apagar el incendio de la deuda con medidas no convencionales, como la compra de deuda o las subastas extraordinarias de liquidez, y dejó en el tejado de los líderes europeos la puesta en marcha de soluciones, no sin recordar cómo deben abordarse. Además de dar su receta sobre cómo construir la unión bancaria europea, Draghi advirtió sobre el uso del fondo de rescate permanente, conocido como MEDE, para comprar deuda en el mercado. Recordó de entrada que los acuerdos de la última cumbre europea establecen que se haga de este fondo un empleo más "flexible y efectivo", pero insistió que cualquier compra de deuda por su parte "está sujeta a condicionalidad". Y lo hizo con una contundencia en la mejor línea de las habituales advertencias que en este sentido lanza Alemania. De hecho, apuntó que es tal condicionalidad a cambio de ayuda "lo que da credibilidad a estas medidas".La capacidad del MEDE para calmar al mercado con compras de deuda en el mercado ha sido puesta en duda por los analistas, que ven mucho más efectivas las adquisiciones del BCE.

Archivado En

_
_