Draghi se niega a comprar deuda en el mercado
El presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, ha dado un mazazo hoy a los mercados. Si alguien esperaba que abriese una puerta al alivio a través de la compra de bonos, su respuesta no puede haber sido más fría. "Celebro que se usen los fondos de rescate para estabilizar los mercados", se limitó a decir, y añadió: "Apoyamos a la zona euro a través de la estabilidad de los precios, nos queremos mantener dentro de nuestro mandato y no queremos destrozar la credibilidad de la institución saliéndonos fuera". Es más, recalcó que cualquier operación que se lleve a cabo en el mercado acarrerará condicionalidad.
Jarro de agua fría, el enésimo, sobre las esperanzas de los mercados financieros de que el BCE eche una mano a España (o Italia) con algún tipo de medida extraordinaria como nuevas subastas de liquidez o la compra de bono, algo que sí anunció hoy el Banco de Inglaterra. "Apoyamos a la zona euro a través de la estabilidad de los precios, nos queremos mantener dentro de nuestro mandato y no queremos destrozar la credibilidad de la institución saliéndonos de él", ha asegurado hoy el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi en la rueda de prensa posterior al consejo de gobierno de la institución. Es decir, da a entender con meridiana claridad que en ningún caso va a haber medidas extraordinarias como la compra de bonos en el mercado secundario. Y eso, a pesar de que reconoció que "hay un país que tiene especiales dificultades de financiación..."
Draghi, de hecho, aseguró que estas medidas extraordinarias ni siquiera se discutieron durante la reunión de hoy. Y por si todo esto no fuera poco, el banquero recalcó (y lo hizo levantando ligeramente la voz) que si bien "las compras en los mercados se harán de una forma flexible y efectiva", todas las operaciones que lleven a cabo los fondos de rescate y que avale el BCE, tanto en el secundario como en el primario, "acarrearán condicionalidades". El BCE lleva 16 semanas sin comprar deuda en el mercado secundario. Estas compras no llevaban aparejada ningún tipo de condicionalidad. Ayer, el representante holandés en el consejo de gobierno, Klaas Knot, aseguró que su programa de compra de deuda seguirá en un "sueño profundo".
Nada más comenzar a intervenir Draghi, las Bolsas, sobre todo la española, comenzaron a desplomarse, y la deuda subió rápidamente.
La idea de que no iba a haber ningún tipo de medidas extraordinarias ya había quedado sobre la mesa en su declaración, en la que aplaudió que la pasada cumbre europea aprobase que los dos fondos de rescate (el FEEF y el MEDE) fuesen los encargados de intervenir "para estabilizar los mercados", y que el BCE se limitaría a actuar como agente. Algo para lo que, aseguró, "están preparados". Draghi, por otra parte, fue tibio a la hora de opinar sobre la cuantía de los fondos del MEDE o el FEEF y si serían capaces de rescatar a España y a Italia si ambas lo necesitasen al unísono.
Supervisor único
Respecto del futuro supervisor, el presidente aseguó que "es aún muy pronto" para dar detalles, pero garantizó que la política monetaria estará separada de la regulatoria, y que en este último aspecto el BCE "colaborará con los supervisores nacionales". Respecto a los plazos, aseguró que espera "que se pueda hacer lo más rápido posible". "Pero no dramaticemos demasiado con que haya que tomar decisiones rápidas", manifestó. Los acuerdos finales de la cumbre de la pasada semana contemplaban que hasta que no esté en marcha este supervisor único, el rescate a la banca no irá directamente a las entidades afectadas sino que pasará por el Estado. Pero Draghi también restó importancia a este hecho: en su opinión, el único efecto será que la deuda del país afectado (España, aunque el presidente no lo citara directamente) subirá temporalmente , pero luego caerá cuando el dinero se trasvase a la banca.
Respecto a la situación macroeconómica de la zona euro, el banquero apuntó que la creciente incertidumbre sobre la economía y el "débil crecimiento" en la región, además de la estabilidad de los precios prevista a medio plazo, justifican la bajada de tipos anunciada hoy, que ha llevado el precio del dinero por debajo del 1% (0,75%) por primera vez en la historia y la remuneración de los depósitos al 0%, frente al 0,25% anterior. La decisión, aseguró, ha sido unánime.
Preguntado sobre por qué ha tomado ahora la decisión de bajar los tipos y ni no antes, el presidente del BCE aseguró que "ahora se ve un debilitamiento del crecimiento en toda la zona euro, incluyendo a aquellos países que no había sufrido eso antes. Por eso podemos decir que esta medida de recorte de tipos se toma para toda Europa, algo que no se podía decir en meses anteriores".
Inflación, la preocupación
La inflación sigue constituyendo la principal preocupación del BCE. Y Draghi fue prolijo en explicaciones al respecto. Aseguró que han comprobado "que esos riesgos macroeconómicos a la baja se han materializado y eso puede dañar el comportamiento de los precios a corto y medio plazo". En su opinión, el objetivo de tener una inflación del 2% o menor en toda Europa se puede conseguir en 2013, incluso antes. "Aunque no me pregunte cuándo", añadió.
El italiano, además, ha advertido sobre las "tensiones en algunos de los mercados financieros" de la zona euro, que ponen en peligro a la economía de la región, y recordó que "el crecimiento sostenible de las finanzas públicas y el desarrollo de las reformas estructurales siguen siendo claves".
Falta de crédito
Draghi ve tres razones por las que los bancos no están prestando dinero: "Aversión al riesgo, falta de capital y falta de financiación". Y completó que el BCE solo puede ayudar con esta última. Sin embargo, Draghi sí puso especial énfasis en explicar los pasos que ha seguido la institución a la hora de facilitar que haya crédito. "¿Qué podíamos hacer y qué hemos hecho?", se preguntó. "Hemos ampliado las normas de garantías para atraer a la mayor cantidad de bancos, medianos y pequeños. Y hemos hecho que la elegibilidad de colaterales sea tal que los bancos puedan usar todo tipo de activos para conseguir dinero y prestarlo. Pero no podemos meternos en qué hacen o dejan de hacer los bancos, son decisiones empresariales".
El banquero reconoció los problemas a los que se enfrena el sistema financiero en estos momentos: "En una zona euro que funcionara bien, cuando a un banco le hicieran falta fondos se lo prestarían otros bancos, pero en una tan fraccionada como la que tenemos, este banco solo puede recurrir al BCE". Pero también lanzó un aviso a navegantes: Draghi dejó entrever que va a revisar el sistema de garantías actual, lo que significa que esta especie de barra libre de colaterales no va a durar eternamente y que los bancos tienen que ponerse a trabajar en su solvencia para sobrevivir cuando termine.
Por último, preguntado por un periodista del diario Financial Times sobre la manipulación del líbor en la banca inglesa, que se ha llevado por delante a la cúpula de Barclays, Draghi se mantuvo diplomático hasta la última frase: "Creo que el BCE lo habría hecho mejor", aseguró (para la hilaridad de los periodistas presentes).