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Columna
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Barclays debe sustituir a Diamond

El responsable de Barclays se ha convertido en una carga. Una multa de 450 millones de dólares impuesta después de que los empleados del banco manipularan los tipos de interés clave ha empañado el historial de Bob Diamond. Añadido a las controversias previas, esto socava su intento de reformar el banco. Pese a que Diamond ha sido un activo del banco durante 16 años, Barclays tendrá dificultades para seguir adelante mientras él esté a cargo.

Hace menos de siete meses Diamond argumentó que los bancos deberían tener una "finalidad social y conocer las necesidades reales del cliente". Los eventos sucesivos han mostrado la diferencia entre sus palabras y sus hechos. En febrero, la utilización de agresivos planes de evasión de impuestos obligó al Gobierno británico a cambiar la ley con retroactividad. En abril, la decisión de dar a Diamond un suculento bonus propició las quejas de los accionistas. Pero las sanciones impuestas por los reguladores son aún más serias. La manipulación de las tasas interbancarias refuerzan la percepción popular de los bancos como corruptos e inmorales. Peor aún, los delitos menores tuvieron lugar en Barclays Capital, el banco de inversión que Diamond levantó y supervisó hasta que tomó el control de todo el banco en 2010. Las multas no constituyen delitos de pena de muerte. Otros bancos también están bajo investigación por presuntas manipulaciones que podrían acabar en sanciones aún mayores. La decisión de Barclays de cooperar con la investigación puede parecer prudente. Pero teniendo en cuenta los errores pasados, la credibilidad de Diamond con reguladores, políticos, clientes e inversores es tan baja que debería ser destituido.

Diamond es un líder carismático que levantó un banco de inversión global casi de la nada. En parte por ello, Barclays pudo aceptar capital estatal en 2008. Pero la crisis ha cambiado la posición de los bancos en la sociedad. Las habilidades de liderazgo de Diamond no son las adecuadas en un periodo de ajustes. Sustituirle no será fácil. Un nuevo CEO necesitaría tener influencia entre reguladores y políticos, y conocimiento de banca de inversión. El presidente, Marcus Agius, no ha dado muestras de frenar a Diamond. Este último revés puede ser el momento para ver si sigue siendo el activo que fue. En resumen, la respuesta es no.

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