"Se debe primar el crecimiento sobre las medidas de ajuste"
El responsable económico vasco considera que es un"gravísimo" error fiarlo "todo" a la contención del gasto y apuesta por replicar la política de Hollande porque "será beneficiosa".
Carlos Aguirre (Bilbao, 1956) es el responsable de una cartera en el Gobierno vasco, la de Economía y Hacienda, que como consecuencia de la situación económica tiene más protagonismo de lo que él hubiera querido. En unos momentos complicados, asegura que se debe apostar por el crecimiento sin dejar de aplicar el bisturí en algunas materias. Apuesta por políticas de impulso, como las anunciadas por el nuevo presidente francés, François Hollande, con el objetivo de crear riqueza y empleo.
¿Cuál es su diagnóstico de la economía vasca?
Tiene unos fundamentos más sólidos que la del resto de las autonomías españolas, más centrada en la producción industrial y en la exportación y con mayor capacidad de crecer vendiendo fuera. Eso nos ha proporcionado una ventaja competitiva que se refleja en una tasa de paro menor que la media española y con una capacidad de generación de PIB superior.
¿Es Euskadi, entonces, un remanso en este temporal económico?
No somos una isla y la economía vasca se está resintiendo. Nuestros principales clientes se localizan en el resto de España y en los países de la zona euro. Cuando ellos han entrado en recesión o en parada técnica, también se ha detenido nuestra capacidad de crecer. Ahora nos encontramos en una recesión no muy fuerte y estamos viendo cuáles son las medidas que se tienen que implantar en la UE para conseguir salir de esta situación. En resumen, ocurrirá en Euskadi lo que ocurra en el resto de Europa. Nunca habíamos estado tan condicionados a lo que sucede en nuestro entorno.
¿Dónde está la raíz del problema?
Llevamos diciendo desde hace mucho tiempo que el problema de la economía vasca, española y europea no es de déficit o de endeudamiento, sino de crecimiento, y para crecer es necesario que se cumplan una serie de requisitos.
¿Cuáles son?
Primero, que el coste del endeudamiento sea asumible y que no se produzca un sobrecoste derivado de procesos especulativos. Y, segundo, que haya liquidez en el sistema tanto para otorgar préstamos a las empresas y familias como para que las entidades públicas puedan endeudarse. El tercer elemento es la necesidad de poner en marcha programas económicos desde la parte pública. Por lo tanto, liquidez en el sistema, tipos de interés competitivos y programas de inversión. En definitiva, que el crecimiento económico prime sobre el resto de medidas, y no lo que está ocurriendo ahora, que es exactamente lo contrario. Los programas de austeridad y de contención del déficit están evitando que la economía crezca. Nos están llevando a una espiral de menos gastos, menos crecimiento, menos ingresos. Con esta estrategia vuelves a empezar con una nueva necesidad de ajuste.
¿Está diciendo que las medidas de duros recortes adoptadas por el Gobierno central no sirven?
Por sí solas no valen. Me parece un gravísimo error fiarlo todo a un ajuste fiscal, y mucho más cuando el déficit en España ha venido dado por la pérdida de ingresos y no tanto por un exceso de gasto. De hecho, no hay más que ver que tenemos la presión fiscal más baja entre los países desarrollados. No hemos sido capaces de conseguir lo que ha logrado el resto, que es salvaguardar de la crisis a la parte fundamental de su sector público y de sus servicios públicos.
¿Pueden los mensajes del nuevo presidente francés, François Hollande, dar un nuevo aire a la política económica que se debe aplicar en Europa?
Tengo clarísimo que las medidas que propugna el nuevo presidente de Francia van a tener unos efectos mucho más beneficiosos para la economía que las recetas basadas en ajustes fiscales. Las políticas de impulso provocan que la economía empiece a moverse para alcanzar las revoluciones suficientes que le permitan despegar. Si no lo hace, no seremos capaces de crear riqueza, empleo ni los recursos suficientes para arreglar el déficit.
Imagínese que Euskadi hace bien los deberes en esta crisis pero su principal cliente, el conjunto de España, no se aplica de igual manera. ¿En qué medida le afecta al País Vasco?
Estamos modificando el mix. Ya hay muchísimas empresas vascas que exportan por encima del 80% de su producción. En estos momentos no se trata tanto de plantear si es o no una rémora para la economía vasca, sino de proyectar cuáles son los elementos en los que nosotros podemos colaborar para que la economía española sea capaz de crecer en un periodo de tiempo razonable. Tiene que haber en España una serie de áreas económicas que sean las tractoras y las que impulsen al resto. Entre ellas está Euskadi, por nuestro dinamismo, nuestra tecnología y la mayor capacidad para vender fuera.
El Gobierno vasco ha asegurado que no aplicará reformas en sanidad y educación. ¿Cómo se sostiene ese argumento?
Nosotros llevamos aplicando una serie de medidas para optimizar los recursos públicos. Cuando llegamos al Gobierno el crecimiento medio, tanto de la sanidad como de la educación, era de dos dígitos. Eso se había producido a lo largo de muchísimos ejercicios presupuestarios. Hemos conseguido torcer ese crecimiento doblando los servicios. Hemos logrado una política de ajuste de gasto que ha permitido hacer más con menos. Es verdad que todo tiene un límite, pero no queremos sobrepasar ciertas líneas rojas y que ya han sido rebasadas con las medidas del Gobierno central, que socavan el modelo social que queremos todos los vascos.
¿De dónde procederá su financiación?
Anteriormente hemos hecho ya un gran esfuerzo que nos permite ahora, a través de una política de gran rigor presupuestario, mantener esos servicios.
¿Durante cuánto tiempo pueden mantener este criterio?
Nadie sabe lo que pasará. Nuestro modelo tributario ha funcionado y proporcionado los recursos suficientes durante muchos años para mantener el modelo social. Hay una constante caída de la recaudación que se inició en 2009 y que generó, ya ese año, un importante déficit de 2.600 millones que tuvimos que absorber en nuestro primer año de legislatura. Estamos hablando de que se está produciendo una cierta incapacidad de nuestro modelo tributario que está afectando a los servicios y a las políticas de impulso público. Debemos revisar el patrón tributario.
¿Está hablando de subir impuestos?
No necesariamente. Queremos que todo el modelo funcione mejor y que, por lo tanto, los que tienen que pagar que lo hagan. Hablamos de fraude fiscal y que los ciudadanos paguen lo justo en función de su renta.
Se le ha achacado al Gobierno al que pertenece aumentar considerablemente el endeudamiento...
Es el caballo de batalla del principal partido de la oposición. Solo hemos realizado un endeudamiento extraordinario. Fue en 2009, cuando nos encontramos un déficit descomunal derivado de una caída, también descomunal, de los ingresos. Esto nos obligó a ir al Parlamento vasco para cubrir un desfase que ascendió al 4% del PIB. En el resto nos hemos endeudado dentro del pacto de estabilidad presupuestaria. En el primer trimestre hemos sido la única comunidad autónoma que ha presentado superávit. Sí es verdad que nuestra deuda es alta, pero de las más bajas entre las regiones.
También les acusan de hipotecar el futuro de próximos Gobiernos...
El gasto financiero de nuestra deuda es del 2,5% frente a más del 27% del Estado, así que el coste es razonable. ¿Qué pasará en un futuro? Habrá que determinar si se refinancia o se amortiza.
¿Tiene ya una idea de las líneas básicas de los presupuestos de Euskadi para 2013?
Será un año duro y, por lo tanto, el presupuesto también lo será. Vendrá determinado por dos elementos que desconocemos y que están basados en las decisiones que se pueden adoptar hoy y mañana en Bruselas, y que ha provocado un retraso en la convocatoria del Consejo de Política Fiscal y Financiera. Entonces se decidirá si debemos crecer o no. Como puede entender, hay una diferencia abismal entre una y otra política. En cualquier caso, el escenario es complicado.
La patronal vasca pide una reforma en el impuesto de sociedades para dinamizar la economía. ¿Qué opinión le merece?
Estamos de acuerdo con ellos en crecer, pero dudamos que gastar más y pagar menos sea la solución. Las empresas vascas no son precisamente las que más presión fiscal tienen. Deberíamos armonizar un modelo fiscal para crear empleo y favorecer el desarrollo tecnológico.
"Las ayudas a los bancos son un rescate"
El consejero de Economía y Hacienda del Gobierno vasco considera un "rescate" las inyecciones de recursos europeos a las entidades financieras españolas.¿Qué piensa de la reestructuración del sector financiero?Parece evidente la necesidad de un aporte financiero descomunal. Se justifica en la medida que sirva para dotar de liquidez a la economía. No se puede pedir un sacrificio de estas características al ciudadano si no tiene como contrapartida una dinamización del sistema financiero.¿Esto puede afectar a entidades solventes como Kutxabank?Me preocupa que llegue financiación a entidades que han hecho mal las cosas y pueda perjudicar a los buenos. Se deberá buscar un mecanismo que no penalice a los solventes.