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Columna
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La gran banca pone rumbo a China

La zona continental de China es el nuevo campo de batalla para los bancos globales. El nuevo vicepresidente de Goldman, Mark Schwartz, está preparado para establecerse en Pekín, y otros le seguirán. Los intercambios en el continente son tenidos en cuenta para la mayoría de las ofertas públicas de venta de este año en Asia. El reto para los bancos globales será encontrar su nicho y adecuar el talento.

Mientras el continente gana, Hong Kong sufre. Allí, los bancos están haciendo recortes selectivos, especialmente en acciones. La sociedad conjunta de Morgan Stanley en el continente chino cuenta con unos 150 trabajadores pese a que apenas tiene un año. UBS ha transferido a un director general de Hong Kong a Shanghái para formar un equipo 80-90 personas.

Las tarifas están dictando el cambio. La tarifa A china para bancos de inversión se ha cuadriplicado desde 2007 hasta 2.200 millones de dólares, constituyendo la mitad de todos los ingresos relacionados con la banca en China, cuando en 2007 era de menos de un quinto. Esto está siendo más evidente este año. Tres índices de Bolsa chinos han copado el 66% de las OPV llevadas a cabo en Asia, mientras que en Hong Kong han caído en un 90%.

En cuanto los bancos empiecen a soltarse, China se volverá más atractiva. Los bancos globales han estado diciendo que pueden levantar hasta el 49% las participaciones en sus empresas conjuntas, y poder pedir licencias del mercado secundario después de dos años de operaciones, en contra de los cinco necesarios antes. Una vez que Shanghái abra su nuevo mercado a empresas extranjeras, los bancos tendrán una nueva arista contra las compañías de valores locales.

Hay retos por delante. Los acuerdos son pequeños en China y los costes reputacionales pueden ser altos. Los bancos locales pueden tener buenos contactos, pero carecen de habilidades técnicas. Transferir el talento desde fuera es costoso y los altos impuestos y la alta polución hacen que la gente se lo piense antes de mudarse a China. Sin embargo, si el dinero es para estar en Pekín y Shanghái, por ahora los bancos y los banqueros no tienen más elección que adaptarse.

Por Wei Gu

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