La UE se compromete a estabilizar el euro
Los líderes de Alemania, Francia, Italia y España pactan un paquete de crecimiento por 130.000 millones y prometen actuar para calmar los mercados financieros.
Los jefes de Gobierno de Italia, Alemania, Francia y España se comprometieron ayer en Roma a estabilizar el euro. Recalcaron la "irreversibilidad" de la moneda y presentaron un plan basado en tres pilares. Un paquete de estímulo al crecimiento de 130.000 millones, una mayor integración (política, económica y fiscal) y la promesa de utilizar todos los mecanismos disponibles para estabilizar los mercados, devolver la confianza en Europa y luchar contra la especulación.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, recalcó que se va "muy satisfecho" del encuentro que buscaba forjar una postura común de las principales economías del euro de cara a la cumbre europea prevista para el 28 y 29 de junio en Bruselas. "De los más importantes que hemos acordado en el día de hoy es que todos nos hemos comprometido a poner en marcha todos los mecanismos necesarios para conseguir la estabilidad financiera de la Unión Europea", comentó en la rueda de prensa posterior.
La promesa surtió efecto y la reacción del mercado el viernes fue buena. La prima de riesgo de España cayó hasta los 480 puntos básicos -a principios de semana rozó los 590-, a pesar de que los líderes europeos dieron pocas pistas sobre cómo pretenden frenar la escalada de los costes de financiación que amenaza la sostenibilidad de las cuentas públicas en países clave para la supervivencia del euro como Italia y España. Rajoy no quiso aclarar si hay acuerdo para que los fondos de rescate puedan comprar deuda en el mercado secundario. Simplemente recordó que tanto el FEEF (Fondo Europeo de Estabilidad, actualmente en vigor) como el BCE pueden hacerlo, lo que deja dos lecturas, o bien que aún no existe un consenso sobre los pasos a seguir -el jueves mismo el FMI pidió al BCE que reactive el programa de compra de deuda en el Eurogrupo- o bien que los líderes prefieren guardarse un as en la manga.
El cuarteto de Roma se mostró algo más claro en los pasos a dar para impulsar el crecimiento y respaldó el lanzamiento de un plan valorado en 130.000 millones de euros que podría ser aprobado en la cumbre de la próxima semana. Se trata de una iniciativa estudiada desde hace semanas, pero que recibió un nuevo impulso tras elección de François Hollande como presidente de Francia. París intenta presentarla como gesto simbólico que compense el discurso monolítico de austeridad planteado hasta ahora por la canciller alemana, Angela Merkel.
El plan se financiaría por tres vías: la primera, el remanente de los fondos estructurales para el periodo 2006-2013, lo que podría aportar unos 55.000 o 60.000 millones de euros. Se trata de dinero ya presupuestado que se destinaría, como siempre con este tipo de fondos, a cofinanciar proyectos de infraestructura o de fomento del empleo.
El resto del plan es mucho más hipotético porque se basa en expectativas de inversión privada. El grueso, unos 60.000 millones de euros a cuatro años, se lograría mediante una ampliación del capital del Banco Europeo de Inversiones por valor de 10.000 millones de euros. El ministro de Economía, Luis de Guindos, señaló en Luxemburgo que España apoya esa iniciativa, a la que deberá aportar 970 millones de euros.
La tercera vía para llegar a los 130.000 millones de euros son los llamados "bonos por proyectos", una opción que se quiere experimentar en 2013 y que consiste en utilizar parte de los fondos estructurales (ya presupuestados) como capital semilla para atraer inversión privada. Bruselas calcula que ese mecanismo permitiría multiplicar hasta por 20 cada euro de dinero de los fondos. La intención de la Comisión Europea es utilizar esos bonos para proyectos de infraestructuras transfronterizas, en áreas como el transporte o la energía.
A la espera de que los líderes europeos profundicen la próxima semana sobre cómo avanzar en la integración, política, monetaria y fiscal, la rueda de prensa también sirvió a los líderes europeos para anunciar un impuesto a las transacciones financieras y para ver que siguen existiendo diferencias sobre cómo avanzar hacia una Europa más solidaria. Como ejemplo, la canciller alemana Angela Merkel recordó que no tiene capacidad para controlar a la banca española, un rechazo a la recapitalización directa del sector. En definitiva, queda mucho por negociar con Alemania.
El Ecofin exige una subida del IVA
El Gobierno español solicitará oficialmente el próximo lunes la ayuda de sus socios europeos para capitalizar la banca. Un programa que lleva asociadas recomendaciones macroeconómicas, entre las que figura un aumento de la base imponible del IVA y la eliminación de la deducción fiscal por la vivienda, exigencias que el Ecofin (reunión de ministros de Economía de la UE) aprobó el viernes."Independientemente de que se implemente antes o después, siempre se tienen en cuenta esas recomendaciones en la política macroeconómica del Gobierno", reconoció Luis de Guindos, ministro de Economía y Competitividad.El Gobierno español deja entrever que tarde o temprano deberá atajar las exigencias de sus socios y al mismo tiempo sigue aspirando a que la inyección de capital a la banca pueda hacerse de forma directa desde los fondos de rescate y sin pasar por el Estado, algo a lo que se opone Alemania de momento. La canciller alemana, de hecho, aprovechó su intervención en Roma para recalcar su oposición hasta que no se ceda soberanía. "La solidaridad y el control van unidos", recalcó.El Ejecutivo no tira la toalla y, aunque las normas de los fondos de rescate lo impiden por ahora, no se descarta que pueda haber alguna reforma con el tiempo, puesto que el paquete de ayudas no se desembolsará de una vez.Respecto a las condiciones del préstamo, el Gobierno español espera que tenga un plazo largo de incluso más de 15 años, un periodo de carencia de entre 5 y 10 años, y unos tipos de interés entre el 3% y el 4%.