Moncloa estudia un nuevo ajuste por la dificultad de cuadrar las cuentas
El Gobierno estudia la posibilidad de aplicar ya este año ajustes que estaban previstos para el próximo ante las presiones que recibe del exterior y la imposibilidad de alcanzar el objetivo de déficit del 5,3% del PIB comprometido con Bruselas. Además, la ayuda de 4.465 millones que recibió Bankia del FROB en forma de bonos convertibles, y que finalmente se transformará en una inyección de capital, puede elevar el déficit de 2011 o 2012.
La hoja de ruta que el actual Gobierno se trazó tras la victoria de Mariano Rajoy en las elecciones generales está sucumbiendo ante una realidad que es mucho peor de la prevista. El rescate bancario solicitado por el Ejecutivo ha elevado exponencialmente las presiones para que España adopte más recortes que permitan reducir su déficit del 8,9% del PIB registrado en 2011 al 5,3% que figura en el objetivo de estabilidad. Supone un ajuste sin precedentes y los analistas coinciden en que las medidas aprobadas hasta ahora se quedan cortas. Además, todo apunta que la previsión de ingresos de Ejecutivo y comunidades pecó de optimista.
El Gobierno es consciente de que una rebaja de tal magnitud resulta casi imposible de alcanzar, sin embargo, entienden que deben ofrecer un mensaje de firmeza hacia el exterior para demostrar su compromiso con el ajuste. En este sentido, se barajan distintas opciones como elevar ya este verano el IVA, una medida que estaba prevista adoptar en 2013 pero que organismos como la Comisión Europea o el FMI piden acelerar. Además, tampoco puede descartarse una rebaja de sueldos públicos si las cuentas públicas empeoran.
Ambas opciones están encima de la mesa de Rajoy y que terminen por adoptarse dependerá de lo que ocurra las próximas semanas. Si la presión de los mercado no cesa y la prima de riesgo se mantiene en los niveles actuales o sigue subiendo, es más que probable que Bruselas o el BCE salgan al auxilio de España para abaratar el coste de financiación. Sin embargo, esas medidas nunca son gratuitas y, a cambio, pedirán nuevos ajustes. Es en este escenario en el que el Gobierno plantea una posible rebaja de sueldos públicos o un incremento del IVA.
Si ello no fuera suficiente, el déficit de 2011, que en febrero se anunció que era del 8,5% y en mayo se revisó al alza (8,9%) por el plan de pago a proveedores, podría sufrir un nuevo incremento después de que el Ejecutivo aceptara convertir en inyección de capital la ayuda de 4.465 millones ofrecida a través de bonos convertibles a Bankia antes de su salida a Bolsa. Esta modificación supondría que la ayuda que, en principio, computaba como deuda podría derivar en déficit que se imputaría en 2011 o 2012. Si se contabiliza en el ejercicio del año anterior, el déficit público se elevaría hasta el 9,3%, lo que complicaría todavía más la posibilidad de rebajar los números rojos al 5,3%.
El Ejecutivo confía que Bruselas flexibilice la senda de consolidación fiscal de tal forma que España debería recortar su déficit público en el 3% a partir de 2014, un año más tarde de lo previsto. Ello permitiría posponer las nuevas medidas de ajuste. Más allá de la actitud que adopten la Comisión Europea o el Ecofin, el Gobierno de Mariano Rajoy ha interiorizado que la solución de la actual crisis pasa por elevar los ingresos -algo muy difícil en situaciones de crisis- y recortar las partidas presupuestarias. De hecho, el programa de estabilidad contempla que el gasto público en España se sitúe en 2015 en el 37,7% del PIB, el menor nivel desde 1984.
Las distintas sensibilidades en la subida del IVA
El Gobierno no ha dicho de forma clara que subirá el IVA, sin embargo, ello se da por descontado. La única duda es cuándo. En principio, la opción que baraja el Ministerio de Hacienda pasa por elevar el principal impuesto indirecto el próximo ejercicio, año en que, siempre según sus previsiones, la economía española empezará de forma lenta a remontar el vuelo. Sin embargo, la presión asfixiante que recibe el Gobierno de Rajoy podría acelerar esta medida. El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, aseguró ayer que en el Gobierno existen distintas sensibilidades acerca de la subida del IVA. Montoro se ubica entre los contrarios a elevar la fiscalidad indirecta este año. Ello tiene lógica si se tiene en cuenta que la demanda nacional caerá este año más de un 4%. Ante este panorama, un aumento del IVA podría agudizar la recesión y el incremento de la recaudación resulta incierto.Sin embargo, otras alas del Ejecutivo entienden que incrementar la fiscalidad indirecta como pide Bruselas y el FMI supondría lanzar un mensaje claro ante la comunidad internacional y los mercados.De hecho, los ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea (Ecofin) apoyarán en su reunión del viernes que España eleve la recaudación a través del IVA. Sin embargo, suavizarán las exigencias y no reclamarán que se acelere el retraso de la edad de jubilación a los 67 años.Respecto a la subida del IVA, Hacienda baraja la posibilidad de elevar el tipo general del 18% o recortar el listado de productos que aplican los gravámenes reducidos del 4% y del 8%. Cualquiera de las dos opciones implica para el contribuyente un incremento de la presión fiscal.
Las cifras
5,3% es el objetivo de déficit para este ejercicio si Bruselas no suaviza la senda de consolidación fiscal. Ello supone recortar los números rojos en 38.700 millones.18% es el tipo vigente de IVA en España, uno de los más bajos de la UE y que el FMI pide elevar.