Repsol y La Caixa optan por cobrar en efectivo el dividendo de Gas Natural
Repsol y La Caixa han optado por cobrar en efectivo y no en acciones el dividendo flexible de Gas Natural Fenosa, en la que tienen un 68% del capital entre las dos. Casi el 82% de los accionistas de la gasística ha elegido recibir el dinero, frente al 18,2% que ha acudido a la ampliación de capital de algo más de nueve millones.
Los dos principales accionistas de Gas Natural Fenosa (La Caixa, con un 38% del capital, y Repsol, con otro 30,01%) han roto la tradición de cobrar el dividendo de su filial en acciones dentro del sistema de retribución flexible que se ha generalizado entre las grandes cotizadas, que ofrecen a sus inversores la posibilidad de recibir el dividendo (en este caso, el complementario que se cobra a principios de julio con cargo al beneficio no distribuido del año pasado) o en dinero en efectivo o en acciones liberadas, lo que implica una ampliación de capital.
Según la comunicación remitida por Gas Natural a la CNMV para dar cuenta del resultado de la negociación abierta con los accionistas entre el 30 de mayo y el 8 de junio y el resultado de la ampliación, los titulares de casi el 82% de su capital han optado por cobrar el dividendo. En dicho porcentaje está incluida la participación del 68% que suman entre La Caixa y Repsol, que, además, mantienen un pacto parasocial desde hace años para repartirse los puestos ejecutivos y del consejo de administración, así como la gestión de la filial gasística.
Fuentes empresariales explican que esta decisión responde a la necesidades de liquidez de la petrolera y la entidad financiara, por lo que Gas Natural deberá desembolsar algo más de 302 millones de euros: 139 millones para Repsol y otros 163,3 millones para La Caixa. Además de la crisis financiera, en el caso de Repsol, ha influido la expropiación de YPF por parte del Gobierno argentino de Cristina Fernández de Kirchner el pasado mes de abril. La confiscación de la petrolera argentina ha provocado que las agencias de rating hayan situado su calificación crediticia al borde del bono basura y con perspectiva negativa.
Desde hace un par de años en que Gas Natural Fenosa comenzó a ofrecer el llamado scrip dividend, sus dos principales accionistas, artífices de la medida dado que gestionan la compañía, habían optado por ser retribuidos en acciones, lo que libraba a la filial de un elevado desembolso. Además, los dos accionistas de referencia se libraban de ser diluidos al acudir a las ampliaciones de capital liberado.
Este año, por contra, cobrarán en dinero, si bien, la dilución será casi imperceptible si se tiene en cuenta que la ampliación de capital solo ha sido de algo más de nueve millones de euros, lo que representa un aumento del mismo del 0,9%.
De hecho, en dicha dilución Repsol no bajará del 30% del capital, lo que la situaría por debajo del límite para lanzar una opa. De ser así, y en el caso de querer superar ese umbral, la petrolera debería hacer una oferta por el 100%.
Ese nuevo capital lo han suscrito el resto de accionistas, que son dueños del 18,19% del capital de la gasística, y que comenzará a cotizar en la Bolsa el 28 o 29 de junio, según señala Gas Natural en un hecho relevante. El accionista que haya elegido cobrar en efectivo debe vender los derechos de asignación gratuita que reciban de la sociedad, bien en el mercado y al precio de cotización, o bien, en la empresa a un precio fijo garantizado por la empresa o cualquiera de las dos combinaciones. En el caso de haber optado por el efectivo, Gas Natural pagará con una retención que, con carácter general, será del 21%.
Precisamente, también la propia Repsol remitió ayer a la CNMV un hecho relevante relativo a la ampliación de capital, cuyo proceso se inicia hoy, sobre el dividendo flexible de los beneficios no distribuidos correspondientes al año pasado. En este caso, los accionistas que opten por recibir la remuneración en efectivo, podrán vender los correspondientes derechos de asignación a 0,545 euros por acción.
Aplazada la desinversión parcial de la gasística
Tras la expropiación de la petrolera argentina YPF a mediados del pasado mes de abril, los analistas coincidieron en afirmar que Repsol, dada su necesidad de mantener su calificación crediticia, debía ajustar su política de dividendo y cobrar en efectivo el complementario de Gas Natural. Ambas cosas se han cumplido. La primera fue anunciada en la presentación del plan estratégico 2012-2016.Otra opción estudiada recientemente es la desinversión parcial de las participaciones que la petrolera y La Caixa tienen en Gas Natural, respectivamente. El objetivo era vender cada una acciones en proporción igual a los paquetes que ahora tienen (un 30,01% Repsol y un 38% La Caixa), pero sin que la entidad catalana descendiese del 30% (el límite de una opa). Por ejemplo, un 10%.Sin embargo, esta operación, que sería un gesto al mercado, ha sido descartada de momento, ya que, dada la depreciación de los títulos de Gas Natural, que ayer cerró ayer en 9,49 euros, sus accionistas de referencia registran minusvalías.El valor de la participación de Repsol en Gas Natural fue actualizado tras la opa sobre Unión Fenosa, pasando de 8 euros a 12 euros la acción. En una situación similar se encontraría La Caixa.