España toma el testigo de Grecia en las dudas sobre la construcción europea
El peor escenario no llegó. Los griegos dieron un respiro a Europa, pero la resolución de la incógnita helena no sirvió para frenar la presión del mercado. España se llevó la peor parte. La desbanda de inversores provocó que el Ibex cayera un 2,96% y la prima de riesgo repuntó a 574 puntos básicos. El bono a 10 años está ya en el 7,1%, un nivel insostenible que deja a España a la intemperie si el BCE no entra a actuar.
España pide auxilio pero ni el BCE ni Europa responden. La amenaza de un resultado electoral explosivo en Grecia que precipitara la salida del país del euro y comprometiera el proyecto europeo era en ojos de los expertos el peor escenario para España por el contagio que pudiera generar. Los griegos votaron a favor de su continuidad en el euro pero el resultado no tuvo el efecto esperado. Los riesgos con los que aún debe lidiar Europa impidieron reacciones eufóricas y la presión se cebó con España, más aún cuando sigue en duda una intervención del BCE para rebajar la tensión. Lleva quince semanas sin comprar deuda en el mercado a pesar de que el bono español está ya en niveles insostenibles y el margen de maniobra del Gobierno está casi agotado.
En este contexto, las Bolsas recibieron el resultado electoral con alzas pero la reacción inicial resultó muy efímera. El Ibex llegó a anotarse un 2% en el mejor momento pero la avalancha compradora duró poco. A la hora del inicio de la sesión las caídas llegaron a alcanzar el 2% en la Bolsa española para después acentuarse con el paso de las horas y acabar con un retroceso del 2,96%. El Ibex cerró así en los 6.519,9 puntos. Un castigo que también se hizo sentir con virulencia en el mercado de deuda. El bono a 10 años repuntó al 7,15%, el máximo desde el euro (llegó a tocar el 7,28%), un nivel insostenible para la sostenibilidad de las cuentas públicas, que dejó la prima de riesgo en los 574 puntos.
España, una vez más, centró la presión del mercado junto con Italia, los dos países en el punto de mira por sus elevadas necesidades de financiación en un momento en el que la desconfianza hacia Europa, lejos de remitir aumenta. La Bolsa italiana cayó el 2,85% y la prima de riesgo avanzó hasta los 466 puntos básicos cuando en el resto de la región las caídas fueron inferiores. El Euro Stoxx perdió el 1,17%; el Cac, el 0,69% pero el Footsie (0,22%) y el Dax (0,3%) avanzaron. La Bolsa griega fue la que más cotizó el resultado electoral y subió el 3,64%. "Desafortunadamente para Italia y España las elecciones no cambian el juego porque la situación sigue igual. En España la clave sigue siendo el sector bancario. Las auditorías independientes deberían publicarse el jueves. Los mercados seguirán bajo presión", auguran desde Pictet Wealth Management.
Los expertos reconocen que el resultado de las elecciones griegas es un paso clave en la carrera por solucionar definitivamente la crisis europea pero al final no es más que eso, un paso más que debe venir acompañado de medidas transformadoras que desemboquen en una Europa más unida. "El resultado de las elecciones es bastante positivo para los intereses del euro. Es un segundo paso positivo después del rescate a la banca española", comenta Daniel Pingarrón, estratega de IG Markets, experto, eso sí, que reconoce que hacen falta más medidas hacia la unión bancaria y fiscal, además de algún tipo de guiño de los políticos europeos a favor del crecimiento para que puedan cambiar el sentimiento del mercado.
El G-20 que se celebra en México ayudará a definir algo la hoja de ruta que debe tomar Europa. Los líderes europeos se reunieron anoche con el presidente de EE UU, Barack Obama, y las citas se sucederán a lo largo de la semana de cara a la cumbre de jefes de Estado que se celebrará el 28 y 29 de junio donde se esperan medidas más concretas. El momento es crítico y la necesidad de respuesta política, mayor.
A la espera de que se vayan despejando incógnitas en el mercado se percibió ayer cierta decepción al comprobarse que el BCE no entraría en acción inmediatamente. De hecho, hasta el Gobierno parece temer que el BCE nunca llegue a actuar para frenar la presión y ayer mismo volvió a pedir a la institución que actúe.
"Hubo muchos inversores que se pusieron largos de bancos la semana pasada y a primera hora han soltado posiciones para esperar a ver qué ocurre", comenta Pablo García, director general de Carax Alphavalue, para explicar el cambio de sentimiento. Y es que efectivamente, ayer, la banca lideró las caídas, reflejo inequívoco de una desconfianza que no cesa.
El Tesoro afronta hoy su examen más duro en la primera emisión tras el rescate
El Tesoro volverá a enfrentarse hoy a los mercados, en la que promete ser la prueba más dura de su historia reciente. Queda lejana ya la subasta del pasado día 7, en que se colocaron bonos por más de 2.000 millones en la que parecía el mayor desafío hasta el momento para la capacidad de financiación del Estado. Pero los escenarios van cambiando de forma vertiginosa y la de hoy será la primera subasta después del anuncio de la petición de rescate de la banca española que, lejos de apaciguar a los inversores, ha precipitado que el mercado empiece a descontar ya el peligro de rescate para el conjunto del país. El Tesoro intentará captar hoy entre 2.000 y 3.000 millones de euros en letras a 12 y 18 meses y abordará el jueves una emisión de entre 1.000 y 2.000 millones en bonos a dos, tres y cinco años.En suma, emisiones en una semana por hasta 5.000 millones de euros que llegan en un momento crítico, con la prima de riesgo en un nivel sin precedentes de la era del euro, a 574 puntos, y con el bono a 10 años, referencia indiscutible para el coste de financiación, más allá de la peligrosa cota del 7%. Ayer quedó en el 7,15%. Además, la tensión se palpa igualmente en los plazos cortos y al bono a dos años se le exigía ayer una rentabilidad del 5,44%.La anterior subasta de letras a un año se saldó con un tipo de interés del 2,985%, aún lejos del 5,2% que el Tesoro tuvo que pagar en la subasta del pasado noviembre, con una rentabilidad en máximos. Las últimas subastas se han saldado con fuerte demanda, aunque sostenidas por la banca española y con una demanda cada vez más débil del inversor extranjero.
Claves
Catorce semanas sin actuar. El BCE no compra deuda
El BCE reconoció ayer que lleva catorce semanas seguidas sin comprar deuda en el mercado secundario. El temor a que no intervenga a corto plazo para rebajar las tensiones del mercado se acentuó ayer después de ver que el resultado de las elecciones griegas fue mejor de lo esperado. El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, pidió al BCE que actúe para frenar la especulación.
Pierde el 3% en el año. El euro cae a 1,25 dólares
El euro retrocedió hasta el entorno de 1,258 dólares ayer tras cerrar en 1,263 el viernes. La divisa europea se acerca así al mínimo de 1,228 que tocó el pasado uno de junio durante la sesión. Las dudas sobre la supervivencia del euro han pasado factura a la moneda aunque aún no ha tanteado el mínimo de junio de 2010, cuando perdió la barrera de 1,20. En el año retrocede el 3%.
Agenda Política cargada. Semana llena de citas
Los líderes políticos a nivel mundial y europeo se enfrentan a una semana decisiva. La presión del mercado hacia España e Italia, dos economías demasiado grandes para caer, no remite, y urge una solución. El G-20, el Eurogrupo del jueves y las reuniones preparatorias de los líderes de Alemania, Francia, Italia y España de cara a la cumbre que se celebrará la semana próxima serán acontecimientos decisivos.
La reserva Federal. Estímulos a la vista
La reunión que celebrará la Reserva Federal mañana miércoles también centra la atención del mercado. Hay casas como Société Générale que esperan que la autoridad monetaria anuncie un nuevo paquete de estímulo monetario masivo por 600.000 millones de dólares. Otras casas prevén que el programa se anuncie en septiembre, pero está por ver si los acontecimientos lo precipitan.