Los países de la zona euro analizarán con EE UU la crisis del euro en la cumbre del G-20
Las líderes de la eurozona que asistirán a la cumbre del G20 -España, Alemania, Francia e Italia-, el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, y el de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, preparan un posible encuentro con el presidente de EE UU, Barack Obama, para analizar la crisis del euro.
La cumbre se celebrará en Los Cabos (México) el lunes y el martes y, según han avanzado fuentes del Ejecutivo con todas las cautelas, ya que las citas no están cerrada, la reunión con Obama podría estar precedida de un encuentro entre Van Rompuy, Barroso, el jefe del Ejecutivo español, Mariano Rajoy; la canciller alemana, Angela Merkel; el presidente francés, Francois Hollande; y el primer ministro italiano, Mario Monti.
Ambas reuniones estarán inevitablemente centradas en el impacto que pueden tener en el euro las elecciones que celebra Grecia el domingo, cuyos resultados los mandatarios europeos conocerán en pleno vuelo hacia el país norteamericano.
Obama, que ha contactado con los principales líderes europeos en las últimas semanas, quiere animar a los socios de la moneda única a adoptar soluciones efectivas ante una crisis que, según él mismo dijo recientemente, "está empezando a proyectar una sombra" sobre la economía estadounidense.
Rajoy, Merkel, Hollande y Monti volverán a reunirse en Roma el viernes 22 de junio para preparar el Consejo Europeo que se celebrará en Bruselas a finales de mes.
La crisis de la eurozona será uno de los ejes de la cumbre de Los Cabos, que tiene un formato "informal" y una agenda abierta.
Eso no significa, según las fuentes del Ejecutivo, que vaya a haber en concreto un "dossier español", después de que el Eurogrupo acordara conceder a los bancos españoles una línea de crédito de hasta 100.000 millones de euros para sanearse.
Ante el G20, añaden las fuentes, Rajoy defenderá su política de austeridad y reformas en cada país y la necesidad de que la UE dé pasos hacia una integración fiscal y bancaria, en línea con la carta que envió la semana pasada a Van Rompuy y Barroso.
Un camino en el que, como ha reconocido hoy el ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, se ve ralentizado por la posición de Alemania.