Las claves del rescate bancario
España podría solicitar este fin de semana un rescate con fondos europeos para las entidades financieras con problemas. El procedimiento sería diferente a los salvavidas lanzados a Grecia, Irlanda o Portugal, aunque tendría consecuencias directas para el sector bancario español y elevaría la presión reformista que ya recibe el país de sus socios europeos.
La noticia de que España podría solicitar mañana mismo el rescate del sector financiero español con fondos europeos, publicada esta mañana por la agencia Reuters citando a fuentes comunitarias, mantiene a todo el mundo en guardia. El Gobierno de Mariano Rajoy ni confirma ni desmiente, la banca contiene el aliento ante las consecuencias que se puedan derivar de su intervención y el país espera que la medida pueda contener los vaivenes de la prima de riesgo evitando que el rescate termine siendo para el propio Estado. Estas son algunas de las claves:
¿Por qué haría falta un rescate?
Las fuertes exigencias adicionales que el Gobierno ha impuesto a la banca en lo que va de año arrojan una factura global de 54.000 millones de euros, por la subida de las provisiones por riesgo inmobiliario de febrero, más otros 28.000 millones por la penalización establecida en mayo para el crédito sano relacionado con el ladrillo. Si semejante factura ya supone un grave problema para algunas entidades, como se ha comprobado en el caso de Bankia, aún se espera una tercera factura: la que se derive de las carteras de préstamos a otros sectores no inmobiliarios. Se prevé, por tanto, que algunas entidades terminen necesitando ayuda para cumplir con estas exigencias. Si el montante es excesivo, España necesitaría fondos adicionales, que podrían salir de Europa.
¿Como se haría?
El pasado julio, la Unión Europea aprobó que los recursos disponibles en el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) y del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) pudieran utilizarse para rescatar entidades con problemas y no solo países. Persiste, no obstante, un debate de fondo ya que está previsto que este dinero se inyecte a los Estados, a petición de ellos, y que estos lo deriven a las entidades. El Gobierno de Mariano Rajoy se resiste a retratarse pidiendo la ayuda por lo que viene presionando para que los fondos puedan ser solicitados individualmente por las entidades que lo necesiten. Alemania, sin embargo, se resiste, por lo que probablemente termine haciéndose a través del algún instrumento estatal como el FROB.
¿Qué consecuencias tendría para el sistema?
En caso de confirmarse el rescate, sea este fin de semana o no, la Unión Europea no entregaría los recursos incondicionalmente. Al igual que en los rescates a Estados, existe una contrapartida en forma de exigencias que, en este caso, se centraría mayoritariamente en el sector financiero. En primer lugar, las entidades que recibieran dinero tendría que acometer un proceso de reestructuración que incluiría la reducción de su capacidad instalada -cierre de oficinas- y el despido de parte de su personal. En segundo lugar, el Banco Central Europeo (BCE) y la Autoridad Bancaria Europea (ABE) ganarían potestad regulatoria y supervisora, comiendo terreno al papel tradicional del Banco de España. Por último, admite Alfonso Mora, socio de Analistas Financieros Internacionales, aunque las condiciones del propio rescate no lo incluyan, la ayuda derivaría en una mayor presión por parte de los socios comunitarios para que España avance en austeridad y reformas estructurales, como la subida del IVA o la aceleración del retraso de la edad de jubilación.
¿A cuánto ascendería la factura?
La petición de rescate deberá hacerse sobre una cifra concreta, al tiempo que habrá que precisar qué entidades necesitarán las ayudas. Todo apunta a que sean las nacionalizadas Bankia, Novagalicia, Catalunya Caixa y Banco de Valencia las entidades beneficiadas. Fuentes del sector señalan que la prioridad será reducir la petición de ayuda al mínimo, para lo que el Gobierno aún cuenta con 5.300 millones disponibles en el FROB para inyectar capital y con la opción de emitir deuda en el mercado, si bien los actuales niveles de prima de riesgo dificultan el acceso a la financiación. Así, los 19.000 millones que necesita Bankia no tendrían por qué solicitarse en su totalidad a Bruselas. Según explicó ayer el subgobernador del Banco de España, Javier Aríztegui, Novagalicia y Catalunya Caixa necesitan en conjunto otros 9.000 millones de euros de capital.
¿Qué opina el sector de pedir ya el rescate?
Fuentes financieras muestran esta mañana su extrañeza ante la posibilidad de que España pida de forma inminente, este mismo fin de semana, el rescate para el sector bancario español y apuntan que, para dar mayor credibilidad al examen sobre el sector, cualquier decisión debería tomarse después de haber conocido primero los cálculos de necesidades de capital del FMI, que en principio se conocerán en lunes, y el resultado de las auditorías que preparan Oliver Myman y Roland Berger, que someterán a supuestos de estrés el conjunto de la cartera crediticia. En cualquier caso, la banca española ya asume desde hace días la proximidad de un rescate para la banca, una fórmula que serviría para eliminar la incertidumbre que pesa sobre el conjunto del sector.
¿Ocurrirá este fin de semana?
Pese a lo mencionado por las fuentes comunitarias que cita Reuters, y a que el Gobierno español ha rehusado confirmar o desmentir que la petición del rescate sea inminente, lo cierto es que podría ser pronto para solicitar la ayuda. Dos valoradotas independientes, Roland Berger y Oliver Wyman trabajan aún en un test de estrés sobre el sector que debe arrojar la factura definitiva de las necesidades adicionales, y el proceso llevará aún semanas.