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La caída del precio de la deuda complica la obtención de liquidez

El BCE y las cámaras apuntalan el día a día de la financiación de la banca

La escalada de la prima de riesgo complica la financiación de la banca española en el día a día. El uso de las cámaras de contrapartida ha asegurado la liquidez del sector durante los puntos álgidos de la crisis, pero se teme una mayor dependencia del BCE si no remite la tensión y el valor de las garantías (deuda pública) continúa depreciándose.

La situación es crítica pero no tanto como en noviembre del pasado ejercicio cuando se llegaron a pagar tipos del 1,5% y el 1,6% por financiación a un día", asegura Guillermo Monroy, director de trading de Banco Sabadell. "Las entidades con contrapartidas que tienen acceso a las cámaras (LCH o Eurex) se pueden financiar razonablemente y a tipos cercanos al eonia (el tipo de interés interbancario a un día actualmente en el 0,337%). Los demás tienen que pagar más", añade.

Según reconocen en el sector, el momento reciente de más tensión en el interbancario se vivió el pasado noviembre, cuando se precipitó la caída de Silvio Berlusconi en Italia y la llegada de las subastas de liquidez a tres años del BCE. Pero la preocupación en el sector va en aumento. "Tenemos una situación de liquidez mayor gracias a la inyección a tres años del BCE pero el entorno va empeorando día a día. Cuanto más se deprecia la deuda pública más difícil es conseguir financiación", explican desde un banco.

A esto hay que sumar además las bajadas de rating que ha sufrido el sector en los últimos meses y la creciente desconfianza que genera España. "Esto provoca que la capacidad de algunas entidades de servir de colchón a otras se reduzca", explican desde una entidad que no tiene acceso a las cámaras de contrapartida extranjeras -alternativa de financiación indiscutible tras el cierre del mercado interbancario- y que obtiene parte de su financiación diaria en Meffclear (la cámara española donde las entidades que han obtenido liquidez en el extranjero prestan a otras entidades nacionales) o mediante préstamos directos con colateral (deuda prestada como garantía) con otras entidades. "Les cedemos el colateral para que ellas vayan a las cámaras", explican.

El estallido de la crisis crediticia en 2007 y su agravamiento en 2008 con la quiebra de Lehman Brothers provocó que las entidades dejaran de prestarse unas a otras de forma directa, algo que se mantiene a día de hoy. Los préstamos con garantía o colateral (repos) se han convertido en la norma y para sortear la reticencia de las entidades extranjeras a prestar a las españolas se ha extendido el uso de las cámaras de contrapartida central. Estas, al intermediar entre el comprador y el vendedor, cubren el riesgo de impago a cambio de garantías. El problema es que si el precio de esas garantías pierde valor, las cámaras exigen márgenes mayores por idéntica liquidez.

"En las cámaras las tensiones son menores pero desde luego hacer plazos largos no es tan sencillo como lo era. El problema con las cámaras es el riesgo de que te pueden pedir más garantías por la subida de la prima de riesgo. Por eso estamos moderando los importes de negociación. Prima más la seguridad que tratar de obtener rentabilidad en la cartera", explican desde una entidad. Una tendencia que ha llevado a algunas entidades a ser más prudentes en su apelación a estas cámaras, que quedan por tanto con menos músculo para prestar a quienes no tienen acceso al dinero de fuera.

A día de hoy las cámaras de contrapartida exigen un descuento cercano al 12% para aceptar deuda española a 10 años. El problema es que tras la escalada de la prima de riesgo por encima de los 500 puntos básicos, se espera que aumenten estas exigencias. Y las entidades reconocen que si las garantías terminan resultando excesivas, se volverán más dependientes del BCE.

El problema al final es el precio. El pasado 1 de junio las entidades españolas se financiaron en el mercado a un tipo medio del 0,26% a un día, al 0,46% a una semana y al 0,78% a un mes, según recogen los datos del Banco de España. El tipo máximo que se pagó por estos plazos fue del 0,5%, 0,7% y 1% respectivamente. Los precios, por tanto, se van acercando al 1% que presta el BCE, lo que hace previsible que si no remite la tensión, la apelación al BCE aumente. Al final la autoridad monetaria continúa realizando préstamos ilimitados al 1%. Un gran alivio para el sector, eso sí, sería una bajada de tipos que frenara el encarecimiento actual de la financiación.

Garantías para obtener préstamos

Las cámaras de contrapartida central cubren el riesgo de impago entre el comprador y el vendedor al exigir garantías. Cuando el valor de estas se reduce, como ocurre ahora con la deuda pública por su caída de precio en el mercado, se ven obligadas a exigir garantías adicionales. Los descuentos que se aplican a la deuda van en función del activo y el plazo. Para el bono a 10 años está en el 12% y para las letras ronda el 0,5%.

Las cifras

 

76.388 millones de euros es la cantidad de dinero que las entidades españolas tienen depositado en el BCE, según datos de abril del Banco de España. Un colchón contra imprevistos que representa el 10% del total que guarda el sistema financiero europeo en el BCE.

0,37% es el tipo de interés diario (eonia) al que se prestan las entidades en Europa. Tras el estallido de Lehman superó el 4% y el pasado ejercicio tocó 1,7%.

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