Licenciado busca destino para emigrar
Desde que en 2008 estallara la crisis económica, ya son 307.900 los jóvenes españoles que se han marchado y han puesto rumbo a otro país que les ofrezca la oportunidad laboral que aquí no encuentran, según Fenac (Federación Nacional de Asociaciones de Consultoría). De hecho, un 65% de los jóvenes españoles de entre 18 y 25 años asegura estar dispuesto a cambiar de país por un puesto de trabajo.
La predisposición por emigrar ha aumentado 16 puntos porcentuales con respecto al año 2011 y tiene en la falta de oportunidades el problema principal para muchos profesionales que quieren encontrar un puesto de trabajo, según un estudio de Randstad.
El porcentaje de los ciudadanos que ven con buenos ojos la opción de emigrar crece hasta el 69% a medida que aumenta su formación, siendo los universitarios los más proclives a hacer sus maletas. Esta estadística se ha incrementado hasta en 23 puntos porcentuales con respecto al año pasado, asegura dicho estudio.
Nieves Ramos estaba dispuesta a marcharse de España desde que terminó la licenciatura en Traducción e Interpretación. Esta sevillana de 23 años no se molestó en buscar empleo en nuestro país porque tenía muy claro que emigraría al terminar los estudios. Ahora trabaja en Escocia, en el servicio de atención al cliente de una empresa que vende por internet. "Estoy muy contenta aquí y de momento no tengo pensado volver a España", asegura.
A los que están dispuestos a irse en busca de un trabajo hay que sumar también aquellos que cambian de país con el objetivo de aprender un idioma, un 10%. Este es el caso de Alejandra Blanco. Esta madrileña de 23 años y licenciada en Ciencias Ambientales lleva desde marzo viviendo en Londres, donde acude a clase todas las mañanas para perfeccionar el idioma. "Me vine al acabar la carrera para aprender inglés ya que en España encontrar trabajo de lo mío es muy difícil", afirma Blanco, que se fue con la intención de estar unos meses y ahora no se marca fecha de regreso. "En estos momentos estoy buscando trabajo y esperando que me admitan en un master aquí, de ser así, estaría como mínimo un año y medio más" añade.
Desde principios de 2008 hasta el cierre de 2011 se ha incrementado en un 25,6% el número de españoles mayores de edad residentes en el extranjero. Según datos del INE, el año pasado se registró en España el primer saldo migratorio negativo en 10 años: llegaron a España 417.523 personas, frente a las 507.740 que salieron.
El perfil del demandante de empleo en el extranjero es el de un joven de entre 25 y 35 años, altamente cualificado, normalmente con estudios técnicos, y sin cargas familiares, según un estudio de Adecco en el que se apuntan algunas de las causas por las que España está sufriendo esta fuga de cerebros. Entre ellas señala la mala situación del mercado laboral español y el incremento continuado del paro, además de la disminución de barreras formativas dentro de la UE (se han simplificado la homologación de diplomas y la libre circulación de estudiantes y trabajadores).
Beatriz Álvarez vive en el sur de Francia desde hace dos años. Pese a tener trabajo, se fue pensando en conocer otras culturas y en la experiencia de vivir en otro país durante una temporada. "Me vine para un año, pero ya llevo dos y no pienso regresar a corto plazo", afirma. Reconoce que en Francia es más fácil encontrar trabajo de fisioterapeuta que en España, de hecho, ella no tardó mucho en conseguirlo.
El tipo de empleos que desempeñan los españoles en el extranjero también ha variado desde el inicio de la crisis económica. De acuerdo con el estudio de Adecco, de puestos relacionados con la investigación, la medicina y la biología, se ha pasado a una lista de trabajos mucho más amplia entre la que destacan los ingenieros, arquitectos e informáticos.
A cada país, sus profesiones
Sin embargo, la demanda de trabajadores cambia dependiendo de las necesidades de cada país, según Adecco. En Alemania, el progresivo envejecimiento de la población no puede dar respuesta al crecimiento económico del país, por lo que necesitan ingenieros y profesionales del sector de tecnologías de la información procedentes de otros países. Por su parte, Reino Unido sigue buscando personal sanitario y mano de obra para el sector de la hostelería y el turismo.
En los países emergentes de Europa del Este como Polonia y la República Checa precisan perfiles como arquitectos o ingenieros de obras públicas que contribuyan al desarrollo de sus infraestructuras.
Al otro lado del Atlántico, los países de América Latina como Argentina, donde se encuentra el mayor número de españoles censados (más de 300.000), Chile, México y, especialmente, Brasil necesitan trabajadores cualificados en casi cualquier sector debido al rápido desarrollo que están experimentando en todos los ámbitos.
Otro de los alicientes que invita a los emigrantes españoles a dar el paso de marcharse es que la mayoría de las ofertas de trabajo que proceden de estos países contemplan contratos de una duración mínima de 1 a 2 años.
Esta generación de nuevos emigrantes, que poco tiene que ver con la de sus abuelos en tiempos de la posguerra, ya ha sido bautizada como el fenómeno JESP, Jóvenes Emigrantes Sobradamente Preparados.