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Columna
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El teórico mercado bancario común

La banca europea se está dividiendo en feudos. Crédit Agricole, jugador principal en el sector bancario griego con su filial Emporiki, ha solicitado la asistencia de liquidez de emergencia (ELA por sus siglas en inglés) del banco central griego. Pero este, que está manteniendo con vida a los bancos domésticos, no va a jugar.

La ELA es el último recurso para los bancos que no pueden financiarse. Cuando la financiación al por mayor se secó en 2010, los bancos griegos tomaron prestado del Banco Central Europeo. Ahora, con sus garantías golpeadas por las rebajas de calificación y los depósitos desvaneciéndose, se han visto obligados a comprometer sus peores activos con su propio banco central a cambio de efectivo. En teoría, esta generosidad está disponible para todas las entidades griegas. En la práctica, los bancos con socios extranjeros han visto denegadas sus peticiones de ayuda. A diferencia de las operaciones normales del BCE, cualquier pérdida en la ELA corre a cargo del banco central nacional.

Los bancos de Grecia están tomando prestado 54.000 millones de euros de la ELA. El Banco de Grecia puede argumentar que si las entidades con dueños franceses o chipriotas necesitan financiación, esta debería venir de sus empresas hermanas o de su banco central doméstico. Pero esto tiene dos consecuencias. Aumenta el riesgo de contagio. Debido a que los depósitos de Emporiki no cubren del todo sus préstamos, Crédit Agricole le está extendiendo 5.200 millones en financiación y capital. Si el dracma vuelve a Grecia, el grupo francés sufrirá grandes pérdidas. Entidades chipriotas como su Banco Popular tienen un mayor dolor de cabeza: el 40% de sus préstamos yace en Grecia. Podrían tener que reemplazar los depósitos griegos con ELA de su banco central.

A largo plazo, las barreras podrían surgir entre otras fronteras. El mercado único de la UE significa que todos los bancos pueden operar en todo el mercado único. Si los sistemas de apoyo se proporcionan solo a las entidades de cada país, estas tendrán más presión para concentrarse en su mercado doméstico, mientras reducen los préstamos foráneos.

Por George Hay

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