Calidad en Bolsa global
Justin Abercrombie. Gestor del fondo SISF QEP Global Quality
Los fondos de inversión que se categorizan dentro de renta variable global se enfrentan al reto de seleccionar compañías y acciones dentro de un amplísimo universo de más de 15.000 acciones a lo ancho de muchos países y sectores económicos. Estos fondos buscan ganar una exposición diversificada al comportamiento de la Bolsa de fundamentalmente los países desarrollados pero nos encontramos con diferentes bloques económicos como Europa, Norteamérica y Asia (fundamentalmente Japón) que, como se ha observado en los últimos años, no exhiben una correlación tan acusada como pudiera esperarse.
Uno de los resultados de este amplio universo de inversión pudiera ser la ausencia de un número apreciable de fondos que muestren consistencia en su comportamiento año tras año. Efectivamente, dentro de los fondos de gestión activa en esta clase de activo son muy pocos los que muestran consistencia en la obtención de excesos de rentabilidad sobre los índices de referencia y, en particular, sobre el índice más ampliamente usado en la categoría, el MSCI World. Habitualmente, determinados sesgos en las carteras de los fondos (sean intencionados o no) hacia un área geográfica o estilo se traducen en buenos comportamientos relativos en determinados periodos seguidos por malos periodos e viceversa. Un buen ejemplo de ello sería el pasado año, donde aquellos fondos con un alto peso relativo en Europa versus el índice probablemente tuvieron comportamientos discretos, incluso aunque la selección de valores fuera acertada. Por el contrario, los fondos con una alta asignación relativa a EE UU destacaron.
El gestor de esta semana, Justin Abercrombie, es director de gestión del equipo QEP dentro de la gestora británica Schroders y su objetivo es proporcionar valor añadido dentro de la complicada renta variable global. En esta ocasión nos centramos en uno de los fondos más exitosos de la gama y que mejor posicionado parece encontrarse para el entorno al que nos enfrentamos, el SISF QEP Global Quality. El histórico de este fondo desde su lanzamiento en el año 2007 es de superación de la rentabilidad obtenida por el MSCI World en todos y cada uno de los años hasta la fecha. Además, la estabilidad de los excesos de rentabilidad entre los diferentes años ha sido apreciable, habiéndolo conseguido con carteras extraordinariamente diversificadas de más de 400 valores y con una beta (sensibilidad al mercado) inferior a uno.
La filosofía de inversión del fondo comienza con los manidos fundamentales, en este caso calidad de las empresas y sus valoraciones. Nada especialmente diferenciador en este paso pero sí en el siguiente, que se materializa en un modelo cuantitativo que toma las diferentes métricas de calidad y valoración para construir un portafolio de más de 400 acciones. El último paso del proceso es el filtrado y ajustes al portafolio propuesto por el modelo en base a los presupuestos de riesgo establecidos y sus previsiones desde un punto de vista de análisis cualitativo. Estos ajustes son lo suficientemente relevantes para que, aun siendo un fondo cuantitativo, el papel del gestor sea importante.
El enfoque en calidad básicamente consiste en la identificación de compañías rentables (ROCE es usado entre otros), estables (beneficios, flujos de caja y dividendos persistentes a lo largo del ciclo son analizados) y con fortaleza financiera (liquidez y capacidad de repago de la deuda son factores que se incorporan). Este sesgo de "calidad" ha podido definir el modelo de comportamiento del fondo que tiene a destacar especialmente en mercados bursátiles difíciles (bajistas y/o volátiles) sin desentonar en mercados positivos (alcistas y/o poco volátiles).
Elementos a vigilar en el fondo son, entre otros, un perfil de capitalización bursátil de las compañías en cartera inferior al del índice. Efectivamente, la capitalización bursátil media del índice MSCI World supera los 80.000 millones de dólares mientras que la del fondo se sitúa en 46.000 millones. El fondo tiene más de un 25% de su cartera en medianas compañías (entre 1.000 y 5.000 millones de dólares de valor en Bolsa) por solo un 4,7% en el índice. Esta orientación ha beneficiado el comportamiento del fondo en los últimos años. Otro elemento es la ausencia de límites de exposición relativa o absoluta a diferentes sectores aunque el posicionamiento histórico y la amplia diversificación por valores minimizan el riesgo.
Terminamos con dos puntos favorables. Los costes de intermediación, a pesar del elevado número de valores y la rotación de la cartera, son reducidos gracias a una eficiente implementación. Finalmente, el análisis de atribución de rentabilidades muestra que los excesos de rentabilidad sobre el índice provienen tanto de decisiones de selección de valores (stock picking) como de asignación por sectores y regiones. Además, las habilidades de stock picking se observan a lo largo de prácticamente todos los sectores y regiones, lo que sugiere repetitividad o capacidad de seguir manteniendo este buen comportamiento en el futuro. El gestor apunta que el entorno malo para el fondo sería el de un mercado bursátil fuertemente alcista, liderado por un solo sector.
Juan Manuel Vicente Casadevall. EAFI Kessler & Casadevall Asesoramiento Financiero