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Un verano de oportunidades

No siempre se tiene la posibilidad de escuchar a un premio Nobel en directo, comer en la misma mesa con una eminencia científica o debatir con los mejores profesionales de un sector, pero si además el que vive esta experiencia es un estudiante universitario y se encuentra en los últimos años de carrera, la ocasión puede aportarle una oportunidad laboral y unos contactos estupendos para descubrir nuevos horizontes.

En los últimos años, los cursos estivales organizados por las universidades en los periodos estivales se han convertido en una perfecta bolsa de empleo para aquellos que ganan en las distancias cortas. El ambiente de ocio que rodea estas jornadas y su carácter distendido facilita las conversaciones entre profesionales y alumnos, y estas abren muchos caminos en un momento en el que el panorama laboral es más sombrío que nunca para estos jóvenes.

La coordinadora de los cursos de verano de la Universidad Rey Juan Carlos, Cristina del Prado, asegura que son puntos de encuentro muy necesarios: "Durante el curso es muy difícil reunir a los mejores de cada sector para que se relacionen con los estudiantes, por eso hacemos hincapié en que sean experiencias, más de allá de escuchar una ponencia interesante. Fomentamos la convivencia en un entorno de ocio". Los organizadores son conscientes del atractivo que tiene para los asistentes poder relacionarse con los mejores profesionales y fomentan estas relaciones en las jornadas y en las actividades culturales para crear un ambiente más distendido. La dificultad para encontrar nuevas oportunidades de trabajo ha modificado, según Del Prado, el perfil de los asistentes: "Siempre hay muchos estudiantes de los últimos años de carrera, pero en los últimos tiempos han aumentado también los profesionales e incluso prejubilados que quieren seguir formándose". El coordinador de estas jornadas en la Universidad Complutense de Madrid, Joaquín Goyache, afirma que los asistentes necesitan salir del entorno académico y recibir una visión real de lo que ocurre en España, Europa y el mundo.

Las nuevas tecnologías permiten la formación desde cualquier sitio

A pesar de la crisis, los asistentes aumentan de año en año

A pesar de la crisis económica, los asistentes a estos cursos han aumentado, de media, entre un 15% y un 20%. Los organizadores aseguran que los alumnos tienen menos dinero, pero escogen bien dónde quieren invertir para poder sacar provecho en el futuro. La internacionalización del mercado laboral y el aumento de emprendedores ha obligado a las universidades a incluir en su oferta estos temas y los asistentes han respondido con interés y muchas solicitudes. "La agenda durante el invierno impide que algunas materias se sumerjan en la realidad y los aspectos más prácticos", asegura la vicerrectora adjunta de Extensión Universitaria y Cursos de Verano de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), Consuelo Gómez, y añade: "Las nuevas tecnologías permiten que los jóvenes puedan formarse desde cualquier sitio, eliminando así los costes de alojamiento". La UNED ofrece estos cursos desde 45 sedes repartidas por España y también permite seguir los cursos por videoconferencia, una tendencia cada vez más generalizada. "Necesitamos un cambio en el modelo, que de enseñanza que avance en el acceso abierto gracias a las nuevas tecnologías", apunta el rector de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, Salvador Ordóñez, cuyos cursos se podrán seguir online. Ordóñez defiende la necesidad de favorecer, desde la participación social, desde la universidad: "Lo que nos falta es ideas. Debemos esforzarnos por innovar, ir más lejos, porque el mundo se mueve muy deprisa y las universidades no van a ese ritmo". El rector de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo explica que en los cursos de este año se analizará la formación y se hablará de la Universidad 2.0. En esta misma línea, Gómez defiende esta institución como un organismo activoque aporte soluciones a la sociedad en un momento tan complejo: "Tenemos mecanismos para ofrecer ideas y construir todos juntos un nuevo modelo de desarrollo económico y social y la Universidad tiene la obligación de aportar respuestas". Se trata también de que se amplíe las clases de invierno el modelo de los cursos de verano, en los que la reflexión, el debate y la conexión con la sociedad son las claves de la enseñanza. "Es muy importante que los alumnos sientan que lo que están aprendiendo es actual y reciban el mensaje de profesionales de prestigio", apunta Goyache.

La crisis económica, los recortes sociales, el Estado de bienestar, la primavera árabe, el fin de ETA, el sistema financiero español, el euro, los modelos económicos de los países emergentes, todos estos asuntos serán analizados desde el punto de vista más crítico en los cursos de verano que ofrecen estas universidades. Los asistentes tendrán la oportunidad de escudriñar abiertamente toda la actualidad nacional e internacional y ofrecer salidas a la crisis. Los organizadores de estas jornadas coinciden en la importancia de aprovechar el espíritu creativo que emerge de las situaciones difíciles y evitar el derrotismo, siempre desde un punto de vista positivo y productivo.

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