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Destinos. Grandes viajes

La Venecia de Noruega

En las islas Lofoten el turismo juega con los límites de la ruda naturaleza que impone el Ártico, en un delicioso contraste entre el clima extremo y la calidez de sus alojamientos

No son catedrales góticas sino montañas, pero su ascenso hacia el cielo y su caída en picado hasta el mar transforman los fiordos de las islas Lofoten en el mejor gótico que puede ofrecer la naturaleza. En este archipiélago de Noruega, en el límite con el Círculo Polar Ártico, ella tiene la primera y la última palabra. Todo aquí gira en torno al clima extremo, que baja hasta 15 grados bajo cero en invierno y se alza 30 grados en verano; al furioso mar y al aislamiento que impone el archipiélago, donde sus 2.000 islas, muchas de ellas deshabitadas, no tienen conexión por tierra con el continente.

La industria del turismo ha sabido sacar lo mejor de este imponente paisaje, al que miles de turistas acuden cada año en busca de los colores de las auroras boreales, de golosas pistas de esquí que se acaban en el mar o del avistamiento de ballenas. Las Lofoten reciben cada año a 300.000 turistas apasionados por los contrastes que ofrece este entorno al límite, con algún guiño al sur de Europa, como la pequeña Henningsvaer, apodada la Venecia de Noruega por el encanto de sus canales y de sus pequeños barcos pesqueros que cada temporada salen a las rudas aguas de este archipiélago en busca de skrei, un tipo de bacalao salvaje que a principios de año llega a desovar a estas aguas.

Pesca y ocio van de la mano en esta tierra extremadamente cuidadosa con su legado natural, hasta el punto de haber abierto un debate sobre la conveniencia de relegar el petróleo, que enriqueció al país después de que estallara y se hundiera la plataforma Deepwater Horizon en el golfo de México, en la primavera de 2010.

Las cofradías de pescadores ofrecen subir a bordo a los visitantes en rutas de tres y cuatro horas para recorrer los imponentes fiordos y seguir de cerca la pesca del bacalao. Para el que le atraiga poco la principal actividad de estas islas, puede optar por recorrer alguna de ellas en bicicleta, a ser posible en verano si no quiere morir helado, o buscar ballenas a bordo de uno de los múltiples safaris que se organizan en las Lofoten.

En otoño e invierno, el golf puede ser una buena opción mezclada con las auroras boreales. Lofoten Golf Links es el campo de golf más conocido del archipiélago, y entre las actividades que ofrece, la más original lleva al turista a seguir la pelotita blanca por sus nueve hoyos bajo los colores de este magnífico efecto visual. Entre los meses de mayo y junio, los aficionados acompañan el juego bajo el sol de media noche, el momento del año en el que el sol no se pone nunca, para desesperación de muchos de sus habitantes.

Deje que su propio cuerpo sea la fuerza motriz de su paseo es el lema de los botes verdes, un paseo en bote de remo para aquellos que quieran ponerle un punto ecológico -uno más- al abanico de posibilidades para vivir estas islas, un paseo para observar en el silencio de los fiordos la vida de las aves que pueblan este entorno. Otra opción es adentrarse por estos inmensos canales en zódiac.

La misma empresa que ofrece este servicio organiza actividades de buceo, embute a sus clientes en trajes de neopreno y los lleva a sumergirse en estas aguas árticas en verano. En otoño, el buceo deja paso al avistamiento de orcas. Y si esta opción no convence, todo es cuestión de subirse en uno de los vuelos chárter que peregrinan por las islas para contemplar todo este espectáculo desde arriba.

El mejor bacalao noruego, con avellanas

El skrei es una delicatessen noruega que los organismos oficiales de pesca de ese país quieren promover en España como un producto culinario de alta calidad asequible para casi todos los bolsillos.Ya en los fogones, la textura de este bacalao salvaje es tan suave y firme que acepta múltiples formas de prepararlo, con avellanas y mantequilla de trufas, por ejemplo, en un guiño al habitual uso que los noruegos hacen de la mantequilla.Basta mezclar este ingrediente con trufas, zumo de frutas, pistachos, almendras picadas y espinaca fresca para obtener un delicioso plato, sencillo, y acompañarlo de tostadas, de nuevo al estilo del país nórdico.

Cómo llegar

Llegar hasta allí arriba es ya una aventura y desde que Spanair suspendiera su actividad, el viajero que vuele desde España deberá tomar al menos tres vuelos hasta llegar a cualquiera de las islas Lofoten que están habitadas. La última conexión es en vuelo chárter.

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