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Muy confidencial

García-Legaz promete mediar entre otros ministerios para aprobar un plan de achatarramiento

Distintos miembros del Gobierno Rajoy han mostrado al sector del automóvil su simpatía hacia un plan de ayudas a la compra de vehículos que active las ventas, que con la crisis han caído a la mitad. Pero ninguno ha ido más allá y mucho menos se han comprometido con los plazos, limitándose a la coletilla de "ahora tocan recortes".

Las palabras del Ejecutivo no sirven de mucho al sector que prevé que este año se puedan cerrar 1.000 concesionarios con la consiguiente pérdida de empleo. Muchos de ellos ya han agotado sus reservas financieras y los bancos están cerrados a darles vías de crédito; igualmente, han aplicado ya sobriedad en su gestión. Aún así, la falta de ventas y la escasez de reparación han colocado a muchos de ellos en situaciones críticas. De hecho, ya se han cerrado 1.620 puntos de venta, el 23% del total, desde el inicio de la crisis.

La situación es considerada extrema por los fabricantes que no se conforman con las promesas sin compromiso de algunos miembros del Gobierno. En medio del desierto, el único que se ha mostrado abierto a las peticiones de los fabricantes y los vendedores ha sido el secretario de Estado de Comercio, Jaime García-Legaz, que se ha comprometido a intermediar ante otros ministerios para que el Gobierno considere un plan de achatarramiento. El argumento es que España se ha convertido, tras Grecia, en el país de la Europa de los 15 donde el parque es más antiguo, pues la mitad de los más de 22 vehículos en circulación pasa de los diez años.

La presencia de García-Legaz como presidente de la mesa de negociación del sector de la automoción, creada por el anterior Gobierno, hace que el secretario de Estado sea más sensible a las necesidades del sector.

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