Tony Blair: "Me alegro de que Reino Unido no se incorporara al euro"
El debate entre austeridad y estímulos protagoniza las conferencias del Foro Económico de Astaná
Hasta el más defensor del euro durante años en un país de euroescépticos ha cambiado de opinión. Tony Blair, ex primer ministro de Reino Unido, ha asegurado esta tarde en Astaná que se siente "feliz" de que su país rechazara la moneda única. "Me alegro de que no nos incorporáramos al euro. No lo quisimos porque era un tanto idealista", ha asegurado el laborista en la última conferencia del Foro Económico de Astaná, organizado por el Gobierno de Kazajistán en la capital del país de Asia Central y al que este medio acudió invitado por el Ejecutivo de esta nación.
A su lado, Romano Prodi, dos veces primer ministro de Italia (entre 1996 y 1998 y entre 2006 y 2008), ha replicado que el "problema", más que el idealismo, fue la gestión. "En Bruselas se negaron a hacer una unión política que acompañara a la moneda", ha defendido el exdirigente italiano, que presidió la Comisión Europea de 1994 a 2004 y que ha criticado la política de austeridad fiscal que promueve Alemania. "Sé que esto puede molestar a mucha gente, pero debo decirlo: la deuda de Estados Unidos es mucho más alta que la de la Unión Europea, y la bancarrota de California supera a la de Grecia".
Blair, en el poder de 1997 a 2007, presentó en febrero de 1999 un plan ante la Cámara de los Comunes para preparar el ingreso de Reino Unido en el euro. El proyecto fracasó por el rechazo de Gordon Brown y los conservadores, que creen que la libra es mucho más que una moneda, casi un símbolo de identidad.
La historia oficial en Reino Unido cuenta que Blair ofreció a Brown la sucesión a cambio de apoyar un referéndum sobre la moneda europea. El por aquel entonces titular del Tesoro y años después primer ministro se plantó. "Nunca llegaré a acuerdos privados cuando el interés nacional está en juego", declaró Brown, que gobernó el país de 2007 a 2010 hasta que perdió las elecciones lastrado por la crisis y la falta de popularidad.
Astaná (700.000 habitantes) ha cerrado su foro económico de tres días con "un diálogo de líderes". Han participado once premios Nobel, primeros ministros, entre ellos el turco Recep Tayyip Erdogan, y exdirigentes europeos, como Prodi y Blair. La situación de la eurozona, al borde de la recesión, ha protagonizado la mayoría de las conferencias. Y una vez más no ha habido acuerdo.
Los hay, como Prodi, que han defendido que la austeridad fiscal está "devastando la economía de Grecia" y debe abandonarse "antes de verano". Otros, como Blair, han sostenido que el debate entre reducción de gasto público y estímulos debería olvidarse ya que se pueden "coordinar" ambas políticas. Y otros, como el premio Nobel Robert Aumann, han repetido que la Unión Europea ha vivido por encima de sus posibilidades y que ahora debe pagar las consecuencias. La situación la ha resumido una respuesta del primer ministro de Kazajistán, Karim Massimov. "¿Quiere una moneda única para la Comunidad Económica Eurasiática (Rusia, Bielorrusia, Kirguistán, Tayikistán y Kazajistán)?", le han preguntado. Con cara de circunstancias y tras escuchar los ecos de un debate eterno en Europa ha respondido: "No".