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El presidente de La Caixa cree que con las exigencias de los dos decretos es suficiente

Fainé afirma que la banca ha cubierto "con exceso" el riesgo inmobiliario

El presidente de La Caixa, Isidro Fainé, se plantó ayer ante el Gobierno y Bruselas al afirmar que la banca española ha cubierto ya "con exceso" los posibles riesgos inmobiliarios. Unas declaraciones que se producen justo en el momento en el que consultoras externas van a volver a realizar test de estrés al sector.

Fainé afirma que la banca ha cubierto "con exceso" el riesgo inmobiliario
Fainé afirma que la banca ha cubierto "con exceso" el riesgo inmobiliario

El máximo responsable de La Caixa y de CECA aprovechó la asamblea celebrada ayer por la entidad para lanzar un claro mensaje a las autoridades, tanto españolas como europeas, que han puesto en tela de juicio los esfuerzos realizados por el sector para protegerse de su elevada exposición al ladrillo. "Mediante los dos reales decretos (el de febrero y el de este mismo mes de mayo), que han obligado a realizar provisiones muy elevadas, el sector ha cubierto con exceso los posibles riesgos inmobiliarios", afirmó Isidro Fainé. En total, se ha exigido al sector unos saneamientos extraordinarios de unos 82.000 millones de euros.

CaixaBank, de hecho, ha sido la única gran entidad financiera española que ha optado por cumplir con las exigencias del primer real decreto de golpe y con cargo a sus resultados del primer trimestre. En este caso el impacto bruto ha ascendido a 4.471 millones de euros, de los que 3.166 millones correspondían a provisiones y los 1.305 millones restantes a capital.

El primer banco español, tras la absorción de Cívica, que ayer aprobó la asamblea, tiene por tanto pendiente cubrir la factura que supone el nuevo real decreto aprobado el pasado día 11. Según comunicó la entidad, los nuevos requerimientos de provisiones se elevan a 2.102 millones de euros. Cívica, por su parte, deberá afrontar provisiones adicionales por 1.287 millones, una cifra que se añade a los 1.248 millones por el decreto de febrero.

Las declaraciones de Fainé muestran el malestar existente en el sector, después de que nada más aprobarse las nuevas exigencias el Gobierno haya cedido a las presiones de Bruselas y haya decidido recurrir a dos consultoras externas (Roland Berger y Oliver Wyman) para que realicen otro test de estrés a la banca española en un plazo de un mes. El Ejecutivo de Mariano Rajoy, además, tiene previsto fichar a tres auditoras para que lleven a cabo una valoración detallada de la cartera crediticia.

Durante su intervención, el presidente de CaixaBank añadió que "es imprescindible que el sector recupere la capacidad de emitir en los mercados internacionales". Para recuperar esta confianza del exterior, Fainé detalló que el camino pasa por "continuar el proceso de desapalancamiento y la reestructuración del sector". En este último sentido, CaixaBank ya ha mostrado algunas de sus cartas al cerrar la absorción de Cívica. No obstante, la entidad catalana también está interesada en participar en la posible puja por Novagalicia si finalmente la entidad gallega no consigue atraer capital privado y se ve abocada a salir a subasta.

En este proceso de reordenación del sector, "nosotros podemos jugar un papel decisivo, pero deberemos reforzar los recursos propios, ajustar los gastos y seguir ofreciendo a nuestros clientes un gran abanico de productos y servicios dirigidos a las familias, a las empresas y a todas las instituciones", señaló Fainé. El mapa financiero que vislumbra el presidente de CaixaBank se reduce a que queden entre 10 o 12 entidades grandes.

Crisis de la deuda soberana

El presidente de CaixaBank se mostró confiado en la salida de la recesión de la economía española. "Aunque en España ya estamos inmersos en una segunda recesión, si hacemos los deberes y si tomamos las decisiones acertadas, la contracción será más suave", afirmó Fainé. Pero, insistió, en que no se verá la luz al final del túnel hasta que no se resuelva la crisis de la deuda soberana que azota a la zona euro desde hace ya casi un año. Esta "cada vez está arrastrando a más países", explicó.

Cambios en el consejo de administración

La Caixa también aprobó cambios en sus órganos de Gobierno, con la salida de su consejo de tres representantes por corporaciones locales y cuatro por impositores. Entre los primeros se encuentra el miembro designado por el Ayuntamiento de Barcelona: Jordi Mercader, vicepresidente segundo de la entidad, que abandona su cargo y será sustituido por Francesc Homs, ex consejero de Economía de la Generalitat.Por otra parte, La Caixa aprobó ayer un presupuesto para 2012 en obra social de 500 millones de euros, en lo que constituye el quinto año consecutivo destinando esta cantidad. Según explica la entidad, "la obra social es la razón última que justifica nuestra actividad como entidad financiera". En el resto del sector, el importe destinado a estos fines sociales se ha reducido drásticamente a medida que se ha agravado la crisis.

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