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Contante & sonante

Una reforma pendiente de más de 720.000 millones de euros

Va a costar más tiempo, dinero y sacrificio de lo que hace cuatro años se preveía. Devolver la credibilidad al sistema financiero español se ha convertido en una auténtica enfermedad que puede ya calificarse de crónica tras más de cuatro años de asistencia médica. El anterior Gobierno del PSOE lo intentó, pero no pudo con ella. El Ejecutivo que encabeza Mariano Rajoy tampoco ha encontrado hasta el momento la vía para salir de esta espiral. El pasado mes de febrero aprobó un real decreto para incrementar las provisiones en más de 53.000 millones de euros e impulsar las fusiones. El plazo que marcaba esta norma para que concluyera la reforma financiera era el próximo 31 de mayo.

Pero antes de que cumpliera la fecha prevista el Gobierno ya comprobó que no podía ser. El mercado seguía y sigue exigiendo a la banca más provisiones, la losa del ladrillo es cada vez más pesada, y las fusiones no han dado el resultado previsto. Para Economía, de hecho, queda aún pendiente la constitución de una gran entidad resultante de la fusión de BMN, Liberbank, Unicaja e Ibercaja. Un banco de 270.000 millones de euros en activos, que se convertiría en el quinto del país. Es una de las espinas que aún tiene clavada el ministerio. Esta unión, no obstante, puede resolverse como prefieren estas entidades, una unión de dos en dos.

Los mercados, como el propio sector financiero, consideraban, además, que la reforma financiera pasaba inevitablemente por el saneamiento de Bankia. Y el pasado 9 de mayo el Gobierno nacionalizaba al cuarto banco del país. El objetivo es inyectar más capital público, aminorar su tamaño -ahora tiene unos activos de 300.000 millones de euros- y subastarlo en menos de tres años. La reforma, así, en vez de recortar sus plazos, se amplía considerablemente.

Puede que las entidades más fuertes, como Santander y BBVA, que han mostrado su interés por pujar por Banco de Valencia o por Catalunya Caixa, o incluso por Novagalicia -entre las tres entidades suman más de 150.000 millones de euros en activos- si finalmente sale a subasta, prefieran esperar mejores tiempos y optar a presentar una oferta por Bankia en un futuro no muy lejano.

Pero pese a la nacionalización del cuarto banco y de las mayores exigencias de provisiones, el mercado sigue estrangulando al sistema financiero español. No hay tregua. Y el Gobierno ha vuelto a exigir más provisiones, en este caso, para el crédito sano vinculado a las promotoras y constructoras. La banca tiene que sanear otros casi 25.000 millones de euros en un momento en el que el negocio bancario atraviesa por el peor momento de su historia. Gran parte del sector entrará en pérdidas tras asumir este nuevo varapalo para sus ya maltrechas cuentas de resultados.

Todas las entidades, además, tienen que crear sociedades -conocidas como bancos malos- para trasladar sus activos inmobiliarios. Y, tras una tasación independiente y el beneplácito del Banco Central Europeo (BCE), el sector cree que deberá asumir más provisiones. De momento, las que no puedan hacer frente a las nuevas tasaciones deberán pedir ayudas públicas, y todo apunta a que será Bruselas quien pague la factura, algo que el Gobierno sigue negando.

"El mercado se está comportando con nosotros como un tornado que arrasa con todo lo que ve. Se ha llevado todas las fortalezas de las que presumíamos hace unos años, el colchón de provisiones. Además, cuanto más se lleva más necesitamos, y vuelta a empezar", señala el director general de un gran banco.

El 11 de junio todo el sector entregará sus nuevos planes para asumir los casi 25.000 millones de euros adicionales que debe provisionar, y a finales de ese mes se comunicarán los nuevos proyectos de fusión; 30 días después de lo previsto en el decreto de febrero. Todo un ramillete de acontecimientos que "incitan a reflexionar sobre la conveniencia o no de presentar una oferta por las firmas intervenidas o si es mejor esperar. Además, si se confirma que Bruselas ha endurecido las condiciones para aprobar los esquemas de protección de activos (EPA) y ha eliminado las ayudas de liquidez -como parece que ha comunicado de forma no oficial al Banco Sabadell por la compra de CAM- más a favor de olvidarse de las pujas. Así, ¿cómo va a finalizar la reforma financiera? Es imposible", afirma un directivo financiero de un banco.

Solo entre Bankia, la fusión de las cuatro cajas medianas y las pujas por Banco de Valencia, Catalunya Caixa y Novagalicia, queda pendiente de resolver el futuro de más de 720.000 millones de euros en activos. En el sector se especula con que el Gobierno ha cedido a la presión del FMI, Bruselas, los mercados y el BCE, y ha optado por que al final el fondo de rescate europeo ayude a la banca y así intentar alejar la sombra de una posible intervención a España.

Un alto ejecutivo de una firma interesada en alguna de las subastas en marcha, y que ya ha participado en otras pujas, se sinceraba el jueves así: "Entre los esfuerzos de dotaciones de los dos últimos decretos, el nuevo golpe a la cuenta de resultados del Fondo de Garantía de Depósitos, los ratings a la baja, la fuga de capitales de España hacia Alemania, las tasaciones de dos auditores independientes por los que tenemos que pasar, la desautorización del Gobierno al Banco de España y otros motivos más, ¿cómo vamos a explicar a los fondos internacionales que confíen en la banca española?". A todo ello se suma que varios expertos aseguran que, como consecuencia de la recesión económica, se necesitarán más provisiones para los créditos al consumo y pymes.

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