Grecia pone a Europa contra las cuerdas

El Ibex pierde un 6,13% en su peor semana desde el pasado noviembre

Semana de infarto para los mercados europeos. La falta de acuerdo para formar Gobierno en Grecia y la convocatoria de nuevas elecciones para el próximo 17 de junio han avivado los temores sobre la salida del país heleno del euro, una posibilidad que ha cobrado fuerza tras dar como ganador los últimos sondeos a Syriza, partido contrario a cualquier política de austeridad. Esto precipitaría una salida desordenada de Grecia del euro, con las consiguientes consecuencias para los países periféricos.

Al riesgo de que el polvorín griego estalle en cualquier momento se han sumado los recelos sobre la solvencia de la banca española y sobre todo sobre la nacionalizada Bankia. Esta entidad, a pesar de que el día anterior Moody's rebajó la calificación a 16 bancos españoles, conseguía el viernes recuperar un 23,49% de su valor en Bolsa, después de que salieran al quite el Gobierno y el presidente del banco, José Ignacio Goirigolzarri, para tranquilizar los ánimos y desmentir que se estuviera produciendo una retirada masiva de depósitos.

Con este entorno, el balance semanal en las principales plazas fue negativo. Tras fulminar el soporte de los 6.700 puntos el miércoles, el Ibex se ha dejado en la semana, la peor desde el pasado noviembre, un 6,13% (el viernes subió un 0,44%). Las mayores pérdidas las encajó el sector financiero. Bankia cedió en los cinco días un 15,2%; Bankinter, un 11,4%; Popular, un 9,3%, y CaixaBank, un 8%. Telefónica, que abonaba dividendo el viernes, se dejó un 2,67%.

Bankia recupera el viernes un 23,5%, tras las llamadas a la calma de la entidad financiera y del Gobierno

En el resto de Europa, Londres sufrió una pérdida semanal del 5,5%; París, del 3,89%, y Fráncfort, del 4,7%. Junto a las incertidumbres en Grecia también pesaron los últimos datos de crecimiento publicados en la zona del euro, que muestran que salvo la locomotora alemana el resto de países aún da síntomas de debilidad. En este sentido serán determinantes los pasos que den el nuevo presidente francés, François Hollande, y la canciller alemana, Angela Merkel, para intentar consensuar una política económica común. Aunque de momento los expertos no confían en exceso en un acercamiento de posturas entre ambos, destacan que tras su primer encuentro Merkel se mostró más receptiva a algunas medidas para impulsar el crecimiento.

De cualquier modo, todos los analistas coinciden en que hasta que se conozca el resultado de las elecciones griegas la volatilidad se impondrá en los mercados. "Es muy probable que en los próximos días-semanas se sucedan las reuniones y cumbres europeas de urgencia para perfilar un plan B para contener el contagio (de Grecia). Aunque ello podrá suponer un alivio momentáneo para los mercados, hasta las elecciones griegas la tensión será máxima y la dirección hacia abajo hasta niveles de rentabilidad del bono español a 10 años del 7% y una prima de riesgo de 600 puntos", señala Banco Sabadell. El spread está en 484 puntos, después de haber superado los 500, mientras que la rentabilidad del bono está en el 6,27%.

Sin ir más lejos, este viernes el comisario de comercio de la UE hacía saltar las alarmas al asegurar en una entrevista que la UE y el BCE preparaban un plan sobre la salida de Grecia del euro, algo que fue desmentido por la Unión. Haya o no algo previsto para esta posibilidad lo que está claro es que el coste sería muy elevado. En un informe, Citi calcula que el BCE tendría que aportar liquidez adicional por valor de 800.0000 millones de euros para evitar el contagio del hipotético colapso de Grecia a otras economías. Esta cantidad, según el banco de inversión, sería necesaria para hacer frente la potencial fuga de depósitos y refinanciación de la deuda en los bancos irlandeses, italianos, portugueses y españoles.

En definitiva, se espera que la próxima semana siga cargada de sobresaltos y más aún en España tras conocerse el viernes que los datos de déficit presentados por algunas autonomías a Bruselas eran muy inferiores a los reales.