Grecia aviva viejos temores al convocar nuevos comicios
Guindos pide medidas a la UE para evitar el contagio a España
Atenas volvió a convertirse ayer en el epicentro del terremoto que sacude al euro desde hace ya dos años. Tras nueve días de intensas negociaciones, la amalgama de partidos políticos que salieron elegidos el 6 de mayo en los comicios del país heleno -que va desde la izquierda radical a los representantes filonazis- se declaró incapaz de formar un Gobierno al uso o de consensuar el "Ejecutivo de notables" que se venía barajando. Grecia, por tanto, anunció que celebrará nuevas elecciones en junio lo que garantiza que, al menos hasta entonces, los mercados seguirán convulsos. La réplica del temblor podría medirse ayer en las primas de riesgo de la Europa periférica. La española marcó máximos de la era euro.
Sobre la mesa, de nuevo el debate de la permanencia de Grecia en la moneda común. La negativa de algunas de las formaciones electas a que el país se someta a los planes de austeridad impuestos a cambio del rescate podría consolidarse en la nueva cita con las urnas, y algunos representantes de la UE hablan ya abiertamente de que si alguien no cumple las normas "es mejor que deje el club". Una alternativa de consecuencias inciertas que marcaría un inquietante precedente para los otros países rescatados, Irlanda y Portugal, o aquellos fuertemente endeudados, como es el caso de España o Italia.
Ante semejante clima de tensiones políticas y financieras, el ministro de Economía español, Luis de Guindos, fue ayer uno de los primeros en reclamar que se tomen medidas en la eurozona para evitar que la situación en Grecia se contagie a otros países, como es el caso de España. El ministro recordó que "el Gobierno español ha puesto en marcha todas las medidas que considera necesarias para estabilizar la economía española", pero añadió que estas no tendrán el impacto buscado si continúa la inestabilidad en el país heleno. En este sentido, instó a que se limiten "las consecuencias de una situación de extrema inestabilidad en Grecia que está teniendo implicaciones sobre otros países".
De Guindos, no obstante, no quiso precisar si con ello se refería a que el Banco Central Europeo (BCE) debe retomar las compras de deuda española. Solo señaló que ni la política monetaria ni la coordinación entre los países de la UE están en manos del Gobierno.
El ministro de Economía afirmó que el nivel alcanzado por la prima de riesgo española "no es sostenible". Ayer, el diferencial entre el bono español a 10 años y el alemán volvía a rozar los 500 puntos básicos.
"La situación de la prima de riesgo es inaceptable en estos momentos", señaló de Guindos en la rueda de prensa posterior a la reunión del Ecofin. Y añadió que "eso nos tiene que hacer reflexionar sobre los pasos que se tienen que tomar a futuro para estabilizar la situación, porque situaciones en las cuales tenemos una prima de riesgo tan elevada, tanto en el caso España como de Italia y otros países, no son situaciones sostenibles".
Primer pago a los bonistas
Por otra parte, el Gobierno griego anunció ayer que ha sido aprobado el primer pago en concepto de principal e intereses a los tenedores de bonos que no acudieron a la quita planteada para los acreedores del país. El pago supone un paso relativamente sorprendente habida cuenta que el grueso de los acreedores del país aceptaron una quita de más del 50% de la deuda que tenían pendiente.
Con todo, el pago apenas supone un total de 435 millones de euros, con lo que restan otros 6.400 millones de euros que afrontar para este grupo. Este tipo de deuda, además, está regulada bajo la legislación helena, lo que capacita al Parlamento para variar las condiciones y los plazos en los que seguirá devolviéndolo. Los acreedores que aprobaron la quita, por su parte, exigieron emisiones bajo la regulación británica con el fin de blindar las condiciones de partida. Cualquier cambio para los títulos regidos por la ley helena exigen, no obstante, cierto consenso parlamentario que ahora parece imposible.
El precedente del órdago de Papandreu
La pesadilla soberana se repite. El diferencial entre el interés que paga Alemania por endeudarse a 10 años y lo que se exige a España ascendió a 488 puntos básicos ayer. La marca supera con creces, en 20 puntos básicos, el máximo anterior, los 468 puntos que alcanzó el termómetro del riesgo soberano el pasado noviembre, también como consecuencia de la inestabilidad helena.Las turbulencias coincidieron entonces con el anuncio del ex primer ministro griego, Yorgos Papandreu, de que sometería el segundo plan de rescate del país a un referéndum popular. ârdago que fue visto por la canciller alemana, Angela Merkel, y el entonces presidente francés, Nicolas Sarkozy, quienes, por primera vez, admitieron la posibilidad de que el proyecto europeo siguiera adelante prescindiendo de alguno de sus socios. Semejante amenaza dejó sin aire a Papandreu y abocó al país a las recientes elecciones. El fallido resultado de estas, en el que el apoyo a los partidos mayoritarios se ha desmoronado y ningún grupo ha conseguido la fuerza necesaria para formar Gobierno, deja la misma situación de incertidumbre que hace seis meses.En el fondo, las elecciones de Grecia no dejan de ser consideradas una suerte de plebiscito sobre la aceptación de las medidas de austeridad impuestas por la troika (la Unión Europea, el Banco Central Europeo, y el Fondo Monetario Internacional) a cambio del doble paquete de ayudas que ha recibido el país para poder afrontar el pago a sus acreedores.
La prima, en récord
488 puntos básicos alcanzó ayer la prima de riesgo española, con lo que se sitúa en su máximo histórico desde que España pertenece a la zona euro.