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Tribuna
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Una economía en cuarentena

El proceso de nacionalización de la matriz de Bankia ha arrojado el foco de atención de los inversores de todo el mundo en España. Al parecer, la operación se instrumentará mediante conversión de 4.400 millones de euros de préstamos del FROB en acciones, permitiendo así al Estado obtener el control de la entidad. En nuestra opinión, se trata de un paso necesario para el restablecimiento de la confianza en los balances del sistema financiero y, en términos generales, la nacionalización de un banco sistémico no es en sí un daño irreparable para un país, como han demostrado las experiencias de Alemania, Reino Unido y EE UU a lo largo de los últimos años. En estos casos, también en el irlandés, tanto los bonistas como los depositarios no se vieron afectados, y pensamos que lo mismo ocurrirá ahora con Bankia (lo cual no quiere decir que esta solución sea la más idónea si conlleva que seamos todos los contribuyentes los que tengamos que compensar el desfase entre activos y pasivos).

Según comentó el pasado martes Iñigo Fernández de Mesa, Secretario General del Tesoro y Política Financiera en un desayuno con Arcano, el sistema español de entidades de crédito tiene una capacidad de generación de beneficios antes de provisiones cercana a los 40.000 millones de euros. Esto se traduce en que un incremento de las provisiones del orden de 30.000 - 40.000 millones parece asumible, aunque obviamente habrá que considerar el desigual reparto entre unas entidades y otras.

¿De dónde vendrá el dinero para el saneamiento de las entidades, entonces? Si España recurre al EFSF, el fondo de estabilidad europeo, es probable que se hable de ?intervención blanda', debiéndose distinguir claramente esta modalidad de aquella donde el catalizador de la ayuda se basa en la incapacidad del Estado de financiar su déficit. A ese respecto, nuestra mayor preocupación procede de la capacidad de los organismos autónomos de realizar un ajuste de 15.000 millones en este ejercicio 2012. Entendemos que la monitorización mensual de las cuentas autonómicas por parte del Ministerio de Economía así como la posibilidad de una intervención de las CC AA (estipulada en la ley de Estabilidad Presupuestaria) en aquellos casos donde se pongan en riesgo sus objetivos presupuestarios, debería minimizar el riesgo de desviaciones significativas.

Nuestras estimaciones nos llevan a pensar que este escenario durará dos meses más. Sin embargo, recomendamos prudencia en las próximas semanas, no sólo por la persistencia del sentimiento negativo de los mercados, sino por algunos factores adicionales como la rebaja que Moody's aplicará en los próximos días a un gran número de bancos, empezando por los españoles e italianos. Aunque esta decisión se encuentre en parte descontada, en algunos casos el downgrade implicará ventas forzadas por parte de fondos monetarios u otros inversores institucionales, reduciendo así la capacidad de financiación de las entidades. Asimismo, habrá que seguir monitorizando la salida de depósitos desde los bancos periféricos, algo que acentuaría sus problemas de financiación, y en el caso de España, tanto la caída en la cotización de los bancos como su posible venta de participaciones en otros valores cotizados seguirá lastrando el índice, haciendo más recomendable la selección de valores concretos por parte de gestores especializados.

Por lo tanto, nuestro escenario central prevé que la incertidumbre y la desconfianza sigan elevadas por lo menos durante los próximos cuarenta días (hasta las elecciones legislativas francesas y las probables elecciones griegas), pero que la probabilidad de un evento sistémico como la salida de Grecia del Euro, la quiebra desordenada de un gran banco o la intervención de España por su incapacidad de financiarse a tipos razonables es menor de la que parecen descontar los mercados. Por todo ello, a modo de recomendación, no consideramos adecuado deshacerse de los activos de riesgo existentes en las carteras.

Paolo Mezza, CIO Arcano Wealth Advisors, EAFI

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