¿Cómo financiamos el crecimiento?
'Crecimiento' parece haber sustituido a 'recortes' como la palabra de moda entre la clase política europea. Ayer mismo, la canciller alemana, Angela Merkel, prepara una "agenda" para lograrlo en la UE. La cuestión es, ¿cómo financiarlo?
Ya nadie duda de que la apuesta debe ser el crecimiento. Pero se mantienen las discrepancias sobre la cuestión principal, cómo financiarlo y si esta apuesta debe conllevar o no una relajación de la disciplina presupuestaria. El psitoletazo definitico lo ha dado la canciller alemana, Angela Merkel, al anunciar una "agenda del crecimiento" que se articularía en torno al Banco Europeo de Inversiones (la alternativa una vez descartada por Alemania una mayor participación del Banco Central Europeo). Eso sí, ahorrando. "El crecimiento no debe costar necesariamente dinero", dijo ayer la canciller. Es decir, el crecimiento no puede producirse a través del crédito. Merkel espera abordar ese tema en la cumbre de la UE con el nuevo máximo mandatario francés que salga elegido de la segunda vuelta de las presidenciales galas.
¿Cómo se podría articular esta ayuda? El pasado jueves se barajó en una conferencia con empresarios celebrada en Bruselas la posibilidad de ampliar en 10.000 millones de euros de los recursos del BEI para aumentar su capacidad de préstamo en 60.000 millones. También se han barajado iniciativas comunitarias como la apuesta -por enésima vez- por una patente europea o por la profundización del mercado interior. Esta posibilidad, siendo dificil como es pedirle a los Estados más dinero, parece la más viable y permitiría (según los cálculos de la Comisión Europea) poner en marcha inversiones europeas por importe de 180.000 millones.
Y es que, evidentemente, la sola idea de rascarse aún más el bolsillo estremece a traves de todos los Gobiernos europeos. Así que Bruselas persigue utilizar 12.000 millones de los casi 60.000 millones no usados del fondo de rescate financiado europeo, el EFSM, de modos que sirviese como imán para atraer esos 180.000 millones en inversiones con el sector privado, según informa El País. Queda por ver que el reglamento que regula este fondo permita destinar el dinero para otros fines que no sea rescatar países.
Las necesidades de inversiones de la UE son, sin embargo, mucho mayores: hasta un total de dos billones, según cálculos del presidente de la Comisión, José Manuel Barroso. Este abismo podría cubrirse con los llamados bonos para proyectos europeos, cuyo apalancamiento a través del BEI podría multiplicarpor hasta por 20 los recursos disponibles en el presupuesto comunitario.
Buena parte de estas medidas deberán estar listas para ser presentadas en sociedad en la próxima cumbre europea de junio, que ya ha recibido el pomposo nombre del Cumbre del Crecimiento. Aunque, quizás, sea demasiado nombre para el evento. Herman Van Rompuy, presidente del Consejo de la UE, anunció por carta la semana pasada a los gobiernos de la UE la posibilidad de esta cumbre se celebrase con el formato de cena informal, en lo que sería la respuesta de Bruselas al resultado de las elecciones en Francia el próximo 6 de mayo. Si se impone Hollande, la discusión sobre el crecimiento se pondrá en marcha sin esperar a que él socialista la plantee. Si gana Sarkozy, el debate se podrá presentar como complementario a los planes de austeridad de Berlín secundados por el presidente francés saliente.