Kerviel demanda ahora a Societé Génerale por "falsificación y uso de documentos falsos"
Jérôme Kerviel, el exoperador bursátil condenado en 2008 a cinco años por el mayor fraude bancario de la historia de Francia, anunció hoy que ha demandado a Societé Génerale (SG), el banco para el que trabajaba, por "falsificación y uso de documentos falsos".
Kerviel, que provocó un agujero de 4.900 millones de euros a SG al inicio de la crisis financiera a base de una serie de inversiones ficticias, reivindicó hoy que "jamás ha desviado o robado un céntimo" y aseguró que confía en que pueda demostrarse en el juicio de apelación que comienza el próximo 4 de junio.
Su abogado, David Koubbi, explicó que estaban "manipuladas y cortadas" parte de las grabaciones que la entidad bancaria presentó en 2008 en el primer juicio, en el que se le condenó a cinco años de cárcel, de ellos dos exentos de cumplimiento tres, y a una multa equivalente al dinero perdido, cantidad que poco después el banco le perdonó.
El letrado indicó que el Tribunal de Apelación les autorizó la semana pasada a acceder a parte de las cintas que el banco le grabó "de manera ilícita" cuando convocó al joven para que se explicara, y apuntó que se han suprimido extractos que calificaron de importantes.
Entre ellos, según Kerviel, parte de la conversación en la que el exoperador bursátil le dijo a uno de sus superiores que ellos estaban al corriente de todas sus actividades.
Esta denuncia se suma a la presentada este mismo mes por "estafa en el juicio", al considerar que el banco engañó al Tribunal Correccional de París al no informarle de que antes del proceso había recuperado unos 1.700 millones de euros de esas pérdidas.
Societé Générale avanzó el pasado 21 de abril que ha decidido "poner lo antes posible una querella por denuncia calumniosa" con la que espera "hacer valer sus argumentos en la apelación", pero según Koubbi, ellos todavía no tienen constancia de que se haya presentado.
Se trata de un nuevo episodio en la historia de ese fraude, que se llevó ante la opinión pública como un ejemplo de los presuntos excesos de las especulaciones bursátiles y en la que se consideró que Kerviel, que ahora tiene 35 años, era el único responsable de las decisiones que tomó.