Mantener el rumbo fijo
En los próximos cien días se celebrarán múltiples contiendas electorales en Estados de la UE. Su resultado será decisivo para la gestión de la crisis de deuda soberana y la correlación de fuerzas entre centro-derecha y centro-izquierda. El 6 de mayo coinciden la segunda vuelta de las presidenciales francesas, las legislativas en Grecia y en el land alemán de Schleswig-Holstein. Antes de finales de junio tendrán lugar el referéndum en Irlanda sobre la unión fiscal, las elecciones legislativas francesas y la del land más poblado de Alemania, Renania del Norte-Westfalia.
El Bundestag deberá asimismo aprobar con una mayoría de dos tercios el segundo rescate de Grecia y la creación del Mecanismo Europeo de Estabilidad y su combinación con el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera. Los mercados ya han descontado los siguientes resultados: repetición de la coalición entre Nueva Democracia (ND) y Pasok en Grecia a pesar de la subida de los partidos hostiles al paquete de rescate, victoria de un François Hollande que incumpliría sus promesas electorales más radicales, ajustado sí de una Irlanda necesitada de financiación externa y reedición de las actuales coaliciones en los dos länder alemanes junto con el hundimiento del actual socio federal de Merkel, los liberales de la FDP.
¿Pero cómo reaccionarían los mercados si ND y Pasok se quedasen lejos de la mayoría absoluta? ¿O si Hollande, para conseguir una mayoría para los socialistas en la Asamblea Nacional, decide aplicar su prometido impuesto de renta del 75% a partir del millón de euros y renegociar completamente la unión fiscal?
Existe práctica unanimidad sobre la necesidad de relajar la austeridad. Pero el abandono de los esfuerzos de consolidación fiscal que pretende la izquierda europea es irresponsable. ¿Para qué habría servido el billón de euros que ha inyectado el BCE y las reformas estructurales adoptadas por España e Italia desde el pasado noviembre? ¿O que España ya haya conseguido de los mercados casi la mitad de los 86.000 millones de euros de financiación externa que necesitamos en 2012? No se puede cambiar de rumbo en plena tormenta porque la tripulación se asuste. El aumento en la prima de riesgo de Italia y España obedece parcialmente a la percepción de que los Gobiernos tendrán que disminuir la austeridad para evitar un verano caliente de descontento popular. Los mismos partidos socialistas que llevaron a España y Portugal al abismo pretenden reabrir con un Hollande en el Elíseo un falso debate entre austeridad y crecimiento. Los desalmados hedge funds y especuladores apostarán contra el euro si Europa deja de hablar con una sola voz. Pero la UE, incluso con una dotación de mayores recursos para el FMI, no está en condiciones de doblegar a los mercados.
Parece mucho más sensato ahondar en las reformas iniciadas por Rajoy y Monti. En cuatro meses se han acometido más reformas que en casi ocho años de zapaterismo. Se ha aprobado una reforma laboral; acelerado la consolidación del sistema financiero; iniciado la lucha contra la economía sumergida; aprobado un código que penaliza la mala gestión pública; elaborado unos Presupuestos austeros que recortan las partidas menos necesarias y eliminan deducciones injustificadas en el impuesto de sociedades; ofrecido negociar con las comunidades autónomas paquetes de ajustes que racionalizan el gasto en educación y sanidad mientras les proporciona crédito a través del ICO.
Seguirán medidas como el combate contra el abuso de las prestaciones de desempleo (cobrando mientras se trabaja aquí o en otro país) y el restablecimiento de la unidad de mercado. Se está exigiendo un esfuerzo doloroso a la sociedad española. Debemos remar en la misma dirección para superar una crisis cuya magnitud es parecida a la heredada por el PP en 1996. Si persistimos en la senda reformista podremos negociar desde la credibilidad una relajación del probablemente inalcanzable objetivo de reducción de déficit del 5,3% para finales de año y una mayor financiación de los presupuestos de la UE para formación, inversión en I+D+i e infraestructuras. En los próximos meses se negociará la distribución del billón de euros de la perspectiva financiera 2014-2020 entre los 27 Estados miembros.
La izquierda española debe aprender que el Estado del bienestar que tan ridículamente acusa al PP de querer desmantelar se fortalece creando empleo. Los mismos cuyo Gobierno permitió el aumento del paro del 11% (2004) al 23% no entienden que Alemania y Reino Unido mantienen su triple A porque sus tasas de participación laboral se sitúan alrededor del 70%, mientras que Francia, España e Italia perdieron la máxima calificación porque sus tasas son del 64%, 58% y 56%, respectivamente. Debemos mantener el rumbo fijo y evitar cantos de sirena que nos llevarían de nuevo a la deriva.
Alexandre Muns. Profesor de la Escuela Superior de Comercio Internacional de la Universidad Pompeu Fabra