Los franquiciados de Coca- Cola paran las inversiones hasta formalizar su fusión
El proceso de fusión en el que están trabajando las siete embotelladoras españolas de Coca-Cola ha paralizado sus inversiones previstas. Cobega, compañía llamada a liderar esta integración, ha retrasado las obras para poner en marcha una planta de reciclaje de PET en Zaragoza.
El retraso en la reorganización societaria y empresarial en los franquiciados de Coca-Cola en España para crear una única compañía embotelladora, en línea con la estrategia que ha impulsado la multinacional norteamericana en otros países, está penalizando sus inversiones. Las siete sociedades que operan en España, en donde las participaciones cruzadas son una constante, han decidido paralizar los proyectos de crecimiento previsto hasta que se alumbre el nuevo grupo. Fuentes cercanas a las negociaciones aseguran que el proceso de integración, en el que están trabajando los bancos de negocios Rothschild y Barclays, se alargará, por lo menos, hasta finales de año cuando en un principio estaba previsto que culminara a principios del segundo semestre.
En la lista de espera de las inversiones, la planta de reciclaje de PET en Zaragoza ocupa un lugar destacado. Cobega, la franquiciada de mayor tamaño, en una apuesta por aumentar el uso de material reciclado en los envases PET, llegó en marzo del pasado año a un acuerdo con la Diputación General de Aragón para ubicar en el polígono Alcalde Caballero de la capital aragonesa una instalación de reutilización de materiales para nuevos recipientes aprovechando su antiguo almacén regulador. Según el acuerdo alcanzado entonces, Cobega se comprometió a invertir 10 millones de euros y crear 30 nuevos puestos de trabajo en una factoría que ya debería estar operativa.
Alimentar a La Coruña
El objetivo de la fábrica de Zaragoza, cuya construcción ahora se pospone, es servir de complemento a otra localizada en La Coruña, propiedad también del grupo Cobega y en la que participan igualmente el resto de las embotelladoras españolas de Coca-Cola. La idea es que en la planta de la capital aragonesa los materiales plásticos sean molidos, lavados y separados para convertirlos en escamas. Posteriormente en Galicia, en la instalación homologada por la EFSA (Agencia Europea de Seguridad Alimentaria), se transformarían en gránulos PET ya preparados para estar en contacto con los alimentos.
El proyecto tiene su importancia en la estrategia medioambiental de la firma norteamericana. Procesar 20.000 toneladas anuales para extraer 10.000 toneladas de PET, según estaba previsto, supone casi una cuarta parte de los envases que Coca-Cola coloca en España. En las 16 plantas de los franquiciados se reciclaron el 83% de los residuos.
Una integración liderada por las familias Urrutia y Daurella
Las ramas familiares y las participaciones cruzadas marcan la propiedad de las principales embotelladoras españolas de Coca-Cola. Así, en el proceso de integración, la saga de los Daurella, propietarios de Cobega (Cataluña) y con intereses en Casbega (Madrid y zona centro) y en Norbega (País Vasco y zona noreste), y la de los Urrutia, titulares de Casbega y accionistas de Asturbega (Asturias) y de Begano (Galicia), tendrán un protagonismo especial.De cara a la integración, las sociedades franquiciadas han ido celebrando estos meses sus respectivas juntas de accionistas en las que, entre otros capítulos, se ha aprobado la segregación de los activos que se aportarán a la nueva compañía. La empresa resultante, una vez finalice el proceso de valoración de activos y las ecuaciones de canje que están realizando los bancos de negocios Rothschild y Barclays, tendrá un volumen de negocio superior a los 3.000 millones de euros en España