YPF no es Perejil
El Gobierno español está renunciando, afortunadamente, a la retórica castrense a la que se había dejado arrastrar por su indignación ante la expropiación de YPF. Y tras el sofoco inicial, Madrid está encauzando su respuesta hacia los canales diplomáticos, que es donde se debe concentrar la ofensiva.
Parece claro que la calma de la vicepresidenta del Gobierno y el efecto balsámico del tiempo devolverá este expediente al terreno del que no debía haber salido, que es el de la relación entre empresas y gobiernos y entre Estados soberanos. No es la primera vez ni será la última en que una compañía energética afronta un percance, y si no que se lo digan a Shell en Rusia y a Total o British Petroleum en Venezuela.
Así que España hace bien en buscar aliados para intentar obligar a Buenos Aires a que cumpla con sus compromisos bilaterales de protección a los inversores extranjeros. Y Repsol, que dispone de recursos suficientes para pagarse los mejores abogados (su consejo de administración, como señaló Miguel Jiménez en El País, se dobló el año pasado hasta superar los 10 millones de euros), debe pelear por una indemnización que resarza a sus accionistas. Pero de ahí a sacar la corneta "al alba y con tiempo duro de levante" va un abismo.
La propia Ana Palacio, ministra de Exteriores durante el conflicto con Marruecos sobre la isla de Perejil, ha recordado en un pertinente artículo en Cinco Días que en el caso YPF "los ánimos se han caldeado más allá de lo razonable o recomendable; especialmente porque, en última instancia, se ha de buscar una solución aceptable para las partes".
Palacio sabe muy bien de lo que habla porque es árbitro en uno de los foros que podría resolver el litigio y en el que Argentina, como ha recordado hoy la vicepresidenta, se enfrenta a casi medio centenar de denuncias.
Ahora que las mujeres han puesto sensatez a este lado del Atlántico, llega el momento de estudiar las posibles medidas. De manera significativa, fuentes españolas ya no hablan de "represalias" sino de "retorsiones", un término similar pero algo más matizado, según las definiciones de la RAE. La saga continuará el lunes en Luxemburgo, con la reunión de los ministros de Asuntos Exteriores de la UE. Pero previsiblemente se limitarán a trasladar el expediente a los ministros de Comercio. No a los de Defensa, como parecía sugerir, al principio, alguna intervención de José Manuel García-Margallo.
Foto: Parada militar en el Día Nacional de Bélgica (B. dM., 21 julio 2010).
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