Sabadell quiere crecer con Catalunya Caixa por su cartera de particulares
A la espera de que el FROB distribuya el cuaderno de venta de Catalunya Caixa, los potenciales compradores empiezan a posicionarse. Sabadell, que todavía está digiriendo CAM, está muy interesado en la base de clientes particulares de la caja catalana nacionalizada. Mientras, para Kutxabank, Santander y Popular la clave de la operación sería ganar tamaño en una región de difícil acceso, con ayudas sectoriales.
El arranque de la subasta de Catalunya Caixa es cuestión de días. El Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) designó ayer al banco de inversión que dirigirá la operación (aunque no ha trascendido la identidad). El organismo -controlado por el Banco de España y el Ministerio de Economía- tomó el control del 90% del capital de la entidad el pasado 30 de septiembre y, ante la imposibilidad de que la antigua caja recomprara las acciones, ahora busca comprador para el 100% de Catalunya Banc, la filial financiera de la caja catalana.
Los potenciales compradores son muchos, y los intereses dispares. Para grandes bancos como Santander o Popular, sería una oportunidad para crecer en Cataluña con el apoyo de ayudas sectoriales. A las cajas medianas, les permitiría dar un salto casi definitivo en tamaño, al sumar 70.000 millones de activos y a Sabadell, le aportaría una fuerte inyección de clientes minoristas.
El consejero delegado de Sabadell, Jaime Guardiola, ya explicó la semana pasada que para el grupo tenía más encaje pujar por Catalunya Caixa que por Banco de Valencia (también controlada por el FROB). De acuerdo con fuentes financieras, el principal interés es la amplia base de clientes particulares de la entidad.
A pesar de su nacionalización parcial, Catalunya Caixa logró aumentar su clientela en 140.000 personas en 2011, hasta sumar 950.000 personas vinculadas (con la nómina o la pensión domiciliada). La cuota de mercado en Cataluña para esta tipología de clientes es del 21%.
Este fuerte atractivo en banca minorista sería muy complementario a la presencia que tiene Banco Sabadell en el negocio de banca para empresas.
Esta operación sería la favorita del Gobierno de la Generalitat de Cataluña y del empresariado autonómico, de acuerdo con una información de El Periódico de Cataluña, aunque tendría la losa de un cierto solapamiento de oficinas. En la provincia de Barcelona sumarían más de 900 sucursales, a pesar de Catalunya Caixa (producto de la fusión de tres cajas regionales) ha cerrado más de 250 locales durante los últimos trimestres.
Otro punto en contra de Banco Sabadell sería la reciente adquisición de Caja Mediterráneo (CAM). El FROB le adjudicó esta entidad hace cuatro meses. Para la entidad presidida por José Oliu, habría sido más oportuno que Catalunya Caixa hubiera retrasado su subasta, pero sus gestores y el Gobierno de Mariano Rajoy han defendido en los últimos meses la necesidad de subastar la caja cuanto antes.
El interés de las cajas vascas
Los principales atractivos de la operación para Kutxabank serían el salto de tamaño (le permitiría alcanzar un balance de más de 150.000 millones, una dimensión confortable para financiarse en los mercados) y la mejora de la escasa presencia del grupo de cajas vascas en Cataluña. La fusión de BBK, Kutxa y Caja Vital concentra su red en el País Vasco (472), Andalucía (409, locales provenientes en su mayoría de la cordobesa Cajasur, adquirida por BBK), mientras que en Cataluña tan solo tiene 47 sucursales.
Otro de los firmes candidatos a hacer una puja fuerte por el grupo catalán es Banco Popular, que ya llegó hasta la última fase de Unnim. La alianza de cajas comarcales catalanas fue finalmente a parar a manos de BBVA. En el sector también se espera que Santander realice un oferta potente por Catalunya Caixa.
La cifra
21% es la cuota de mercado que Catalunya Caixa tiene en clientes minoristas vinculados (con nómina o pensión domiciliadas) en la comunidad autónoma catalana.
La fiscalía pide más datos de Banco de Valencia
El proceso de subasta de Banco de Valencia va a solaparse en el tiempo con la investigación realizada por un juzgado valenciano por presuntas irregularidades en la gestión de la entidad financiera, intervenida por el Banco de España el pasado mes de noviembre. El caso se originó por la querella interpuesta por 137 pequeños accionistas de la entidad. La fiscalía ha solicitado al juez que amplíe las instrucción del sumario y solicite a la entidad valenciana los libros de actas de las inspecciones encargadas por el organismo supervisor, así como la revisión de créditos concedidos para financiación de empresas inmobiliarias.Los pequeños accionistas ganaron una importante batalla la semana pasada, cuando el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) aceptó que las antiguas acciones de Banco de Valencia no fuera valoradas a cero euros, como ha ocurrido con otras cajas intervenidas, lo que permitirá que estos inversores no pierdan todo el dinero que pusieron en el capital del banco valenciano.Tras la noticia, las acciones de Banco de Valencia se dispararon el viernes un 32%. Ayer, volvieron a subir con fuerza, hasta apuntarse a media jornada más de un 30% de incremento, aunque acabaron la sesión con un aumento del 2,44%.Durante el proceso de subasta de la entidad, se espera que el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) -financiado con cuotas del sector- tenga que aportar un máximo de 4.000 millones de euros para el comprador del Banco de Valencia.Así figura en el cuaderno de venta distribuido por el asesor Nomura. Entre los posibles interesados en comprar la entidad figuran el grupo BMN (liderado por Cajamurcia) y Banco Popular.