El peso de la deuda pública acosa al próximo presidente de Francia
Los mercados marcan el paso a Francia, que afronta el próximo domingo la primera vuelta de las presidenciales. Los expertos no creen que el favorito, François Hollande, esté en condiciones reales de desafiar el pacto de austeridad impuesto desde Berlín.
Europa entera se mentaliza para el posible reemplazo de uno de sus principales actores políticos, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, al que las encuestas dan como perdedor en las próximas elecciones. Pero lo que no se espera tanto es un verdadero cambio de guion. El candidato socialista, Hollande, ha recalcado su intención de revisar el Tratado Europeo de Estabilidad (Fiscal Compact), aprobado el 2 de marzo y por el que los socios de la UE se comprometen al equilibrio presupuestario. "No esperamos que un gobierno socialista haga un política que difiera radicalmente de uno conservador", afirma Philippe Mimran, director de inversiones de la gestora La Française. "La mayoría espera que se trate de un simple lavado de cara, renombrando el pacto fiscal como pacto fiscal y por el crecimiento, sin alterar radicalmente la política de austeridad", añade Mimran.
"La amenaza de Hollande de oponerse al Pacto Fiscal y retrasar el objetivo de déficit cero de 2016 a 2017 no parece creíble desde nuestro punto de vista", recalcan desde Credit Suisse. El banco suizo considera que, gane quien gane, Francia no tiene otra opción que adherirse a los compromisos de estabilidad fiscal.
En términos absolutos, el déficit público francés fue en 2011 de 110.700 millones de euros, el más elevado del área euro y equivalió al 5,5% del PIB, lejos de los compromisos de Bruselas. Se espera que el déficit llegue al 4,2% este año, pero la deuda pública volverá a crecer hasta el 90% del PIB, según las estimaciones de Citi. Uno de los principales desafíos del país es el coste de la carga pública. El gasto público equivaldrá este año al 56% del PIB, por encima del resto de grandes economías de la eurozona. El próximo inquilino del Elíseo está obligado a ocuparse del asunto.
Sarkozy y Hollande se medirán por primera vez el día 22 de abril, junto a otros candidatos entre los destacan Jean-Luc Mélanchon, Marine Le Pen y Françoise Bayrou. Desde Charles de Gaulle en 1958, nadie ha logrado hacerse con la presidencia a la primera. Sarkozy ha recuperado terreno en los sondeos, sobre todo tras la captura y muerte del terrorista Mohamed Merat, y ya no es descartable que sea el más votado este domingo. Hollande cuenta, sin embargo, con más apoyos de los partidos de izquierda para la segunda vuelta, programada para el 6 de mayo, y es el favorito para el triunfo final. El líder socialista destaca por su retórica antimercado, mientras que el actual presidente de Gobierno se ha posicionado justo en el sentido contrario.
"La victoria de Hollande podría ser mal recibida en la Bolsa", confirma Tom Beevers, gestor de BNY Mellon. "Hollande ha prometido revisar el pacto fiscal, dar marcha atrás a la reforma de las pensiones con jubilaciones a los 60 años para quienes lleve 42 cotizando y unos niveles mayores de gasto público (...) El mercado, sin embargo, está bastante relajado respecto a una eventual victoria de Hollande, puesto que asume que muchas de sus propuestas no se llevarán a cabo una vez que sea elegido, aunque no se debería descartar que lo intente. Una victoria de Sarkozy sería mejor recibida. Pero gane quien gane, hay mucha tarea que hacer para cuadrar las cuentas públicas", resume Beevers.
De momento, la deuda pública francesa ha dado pocas señales de estrés. El bono a 10 años apenas se ha resentido de la decisión de Standard & Poor's de retirarle a Francia la triple A, la máxima calificación crediticia, el pasado 13 de enero. El rendimiento de los bonos se situó el viernes en el 2,95%, lejos aún del 3,7% al que llegó a situarse en el crítico mes de noviembre. La curva de la deuda francesa va de tipos prácticamente a cero en los tramos más cortos, hasta un limitado 3,75% en las emisiones con vencimientos a 30 años vista.
En las presidenciales de 2007, en las que Sarkozy derrotó a la entonces pareja sentimental de Hollande, Ségolène Royal, el Cac registró un avance del 10% en los tres meses posteriores a los comicios. El avance estuvo liderado por bancos, telecos, farmacéuticas y empresas tecnológicas. El Cac batió en 3,5 puntos porcentuales al índice paneuropeo Stoxx 600.
Basándose en las propuestas de ambos candidatos, BNP Paribas concluye que las medidas de Sarkozy harán más competitivas a las empresas francesas, pero a costa de menos crecimiento y más paro. Hollande elevará la carga de la deuda, pero impulsará el consumo doméstico. Para los dos, el escenario se presenta de lo más difícil.
Un nuevo desafío para el Tesoro español
Los prolegómenos de las elecciones presidenciales francesas coinciden con un nuevo reto para el Tesoro español, que esta semana apelará al mercado para financiarse el martes con letras a 12 y 18 meses y el jueves, emisiones de más largo plazo, con vencimiento en 2014 y 2022. Al cierre de esta edición, el Tesoro no había informado de los objetivos de emisión.Esta subasta coincide con un tensionamiento importante de la curva. Las últimas subastas se saldaron con un rendimiento del 1,419% en el plazo a 12 meses y del 1,711% en el de año y medio. La expectativa es que el rendimiento exigido sea esta vez superior. Como referencia, la deuda a un año cotiza ahora en el secundario al 2,56%.La propia Francia procederá hoy a intentar colocar 7.900 millones de euros en letras a tres meses, medio año y 12 meses.El fondo europeo de rescate (FEEF) también apelará el martes al mercado para colocar 2.000 millones en letras con vencimiento a 180 días.
Sectores afectados
El impacto político-Bancos: Hollande y Sarkozy respaldan la aplicación de una tasa Tobin para las transacciones financieras. Pero, además, Hollande propone separar la actividad de banca comercial de la de inversión.-Seguros: ambos candidatos sugieren que los beneficios fiscales de los que disfruta el sector se verán recortados.-Eléctricas: EDF sería el valor más directamente afectado por el cambio de Gobierno, toda vez que Hollande ya ha anunciado su interés de reducir la dependencia de la energía nuclear.-Defensa y aeroespacial: las presiones presupuestarias afectarán negativamente a empresas como EADS, Thales, Safran o Dassault.