La crisis arrecia, la población cae
La población española se ha situado a finales del primer trimestre de este año en 46.185.697 ciudadanos, lo que representa 10.581 residentes menos que a finales de 2011, según publicó hoy el INE. Esta caída, que en términos relativos apenas es del 0,02%, se debe a que cada vez son más los ciudadanos que deciden irse fuera ante las malas perspectivas económicas que ofrece España.
Por el lado del movimiento natural de la población, durante los tres primeros meses del año se contabilizaron 118.097 nacimientos y 97.326 fallecimientos. Luego, el crecimiento neto demográfico ascendió a 20.771 personas. Pero, sin embargo, el saldo entre los inmigrantes que entraron a España y los emigrantes que salieron volvió a ser negativo a comienzos de este 2012, como ya lo fue durante todo 2011. Por esta vía la población española perdió 31.352 efectivos, a los que si se les suma los 20.771, resulta un saldo neto negativo de 10.581 residentes. Todos los datos apuntan a que esos números no dejarán de aumentar según avance el año.
¿Qué es lo que está pasando para que todas las quinielas sugieran que 2012 puede ser el primer año completo con caída de población de la historia reciente? Pues muy sencillo. Mientras que el crecimiento vegetativo de la población se mantiene estable, es decir, que a comienzos de este año el número de nacimientos y defunciones se ha comportado de forma muy parecida a como cerró 2011, la pérdida de población en términos netos, a pesar de ser todavía testimonial, viene del lado de las migraciones.
Un análisis de las cifras publicadas hoy por el Instituto Nacional de Estadística (INE) demuestra que mes a mes se intensifica el flujo de ciudadanos que opta por emigrar en busca de mejores oportunidades laborales. Y esto es especialmente destacado sobre todo entre los españoles. Así, los números de Estadística demuestran que mientras a comienzos del año pasado se registraban una media 4.200 salidas de españoles al mes; durante este primer trimestre se ha disparado a 9.001, más del doble.
Sin embargo, entre los residentes extranjeros los flujos se mantienen más constantes. Cada vez entran menos extranjeros, pero también parece haberse estabilizado el número de foráneos que deciden cambiar España por otro destino. Las cifras netas de este primer trimestre cuando el INE estima que la diferencia entre los extranjeros que entraron y salieron del país fue negativa en 13.098 ciudadanos es ligeramente superior al saldo también negativo de 12.323 personas que se contabilizó en el mismo periodo de 2011.
La conclusión parece obvia: de cuántos españoles decidan emigrar este año dependerá el mayor o menor batacazo de la población total. Y todo esto justo cuando la crisis arrecia.