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Finanzas

La reforma financiera más ambiciosa de Europa

El Gobierno ha impulsado las fusiones con la pretensión de que solo queden unas 12 entidades bancarias operando en España

La gran banca española está a punto de lograr su objetivo: que todas las entidades que operen en el mercado español puedan acudir a los mercados para financiarse en igualdad de condiciones y que el número de firmas se reduzca considerablemente, acorde al tamaño del país y de su economía.

Al final del proceso, el 25% de las oficinas del sector y del personal habrán desaparecido, así como las firmas financieras más débiles

Y parece que lo van a conseguir antes de que finalice el año. El Gobierno ha fijado el primer semestre de 2012 como periodo clave para tener resuelto ya el nuevo mapa bancario español. El ministro de Economía, Luis de Guindos, de hecho, ha marcado el 31 de mayo como fecha límite en la que las entidades deberán haber presentado sus proyectos de fusión. Antes, todos los grupos habrán pasado ya por el Banco de España para explicar cómo van a conseguir los fondos para sanear sus balances de los activos inmobiliarios. El conjunto de la banca doméstica tiene que realizar unas dotaciones extras de 52.000 millones de euros. "Será el saneamiento más elevado llevado a cabo por un país europeo", según ha declarado De Guindos en varias ocasiones. El objetivo de este ambicioso saneamiento es conseguir entidades solventes que disipen las dudas del mercado sobre la salud del sistema financiero español. Y para ello nada mejor que impulsar las fusiones de entidades fuertes con las más débiles. El resultado es que queden en España alrededor de una docena, las más solventes, ya que las conocidas como "zombis" habrán desaparecido. Una vez alcanzado este objetivo, el Gobierno cree que volverá a fluir el crédito hacia las familias y las empresas. La razón: la banca española conseguirá recuperar su credibilidad y los mercados volverán a financiar al sector bancario nacional. La reforma financiera es una de las más importantes apuestas del Ejecutivo de Mariano Rajoy. Además, supone la mayor reconversión del sector desde su creación. En el camino habrán desaparecido no solo un gran número de entidades, sino de oficinas y de personal. Un 25%. El gran reto es, al final, devolver a la banca española el título de la más solvente del mundo. En medio de la reforma, el Gobierno ha logrado que el sector en su conjunto se comprometa a admitir la dación en pago en casos extremos, algo impensable hace tan solo unos meses. Tras casi cuatro años de reestructuración, el sistema también habrá sufrido otras bajas. Las cajas de ahorros, creadas hace tres siglos, habrán desaparecido, algo que venían reclamando los grandes bancos desde hace años, al considerar que operaban con reglas más laxas.

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