Sacyr intenta la remontada
El peso del ladrillo y la deuda han condicionado su historia más reciente
Un trío de ingenieros con carreras forjadas en Ferrovial, Loureda, Riezu y Del Rivero, abandonaron esa casa en 1986 para crear la Sociedad Anónima de Caminos y Regadíos (Sacyr). Con ellos hizo el viaje un joven Manuel Manrique, hoy presidente del grupo.
La evolución de la empresa fue de vértigo, máxime cuando en 1996 lanza una agresiva política de crecimiento inorgánico. Entró en Dragados, abordó Cleop y trazó una alianza con Ginés y Navarro, Obrascón y Lain. Después vendría la toma de Itínere, la compra de la empresa pública de autopistas ENA, el intento de entrada en FCC o en Impregilo... Pero el antes y el después de Sacyr tiene que ver con la adquisición de Vallehermoso y la irrupción en BBVA. La constructora jugaba fuerte. Tanto, que terminó convirtiéndose en primer accionista de Repsol. Fracasó en su intento de integrar la francesa Eiffage y llegó la crisis. Con una deuda neta de 15.000 millones a finales de 2007, la empresa tuvo que desprenderse de buena parte de sus concesiones, edificios y la mitad de su participación en la petrolera. Ha pagado créditos con suelo y ha ido refinanciando deuda con cierto agobio. Manrique, que ha sucedido a Luis del Rivero tras una dura lucha interna, asegura que ha empezado la remontada.