Ferrovial, pionera en el exterior

Lidera grandes infraestructuras desde su doble faceta de constructora y concesionaria

A Rafael del Pino Moreno se le reconoce que tuvo visión exterior cuando en España nadie hacía negocios en inglés. El fundador de Ferrovial viajó por Europa para reforzar sus estudios de ingeniero de caminos y se jugó un millón de pesetas en 1952 para comprar maquinaria alemana. Empezó con obra ferroviaria hasta hacerse principal contratista de Renfe, sin descuidar la diversificación hacia la obra hidráulica y carreteras.

Antes de ser referencia en España, Ferrovial se había asentado en Venezuela (1954). En el arranque de los sesenta firmó proyectos en Arabia Saudí, y en los setenta llegaron los contratos de Libia, México, Kuwait, EE UU... La adquisición del gestor aeroportuario BAA en 2006, por 14.000 millones, sirvió de claro mensaje al mercado: Ferrovial es mucho más que una constructora. El control de la también británica Amey, especializada en servicios urbanos, y de la concesionaria de autopistas Cintra así lo confirman. Como ha sido la tónica en el sector, la empresa de la familia Del Pino ha tenido que hacer sus sacrificios en los tres últimos años para adaptar la deuda a sus niveles de ebitda. Ha vendido la firma de handling Swissport y ha bajado peso tanto en BAA como en la autopista canadiense 407 ETR, lo que le ha permitido pasar de los 30.000 millones de deuda neta en 2007a 5.200 millones en 2011.