Del atasco a las autopistas sin coches
La crisis pone en cuestión si nos hemos pasado de frenada con las infraestructuras
La ministra de Fomento presentó en el Parlamento en febrero pasado su nuevo Plan de Infraestructuras y Transportes para el periodo 2012-2024. Ana Pastor advirtió que "el tiempo de las obras faraónicas ha terminado" y se comprometió a que "no habrá más aeropuertos sin aviones, más autopistas sin coches ni más trenes sin viajeros".
Siguiendo la estela de la denuncia de la ministra, este diario ha desvelado que en la red de 49 instalaciones de Aena, los 12 aeropuertos con menor tráfico acumulan en 10 años inversiones por 413 millones. En estos, en enero de 2012, el número de viajeros por día osciló entre ninguno en Sabadell y 160 en León. En los tres aeropuertos privados, Ciudad Real, Castellón y Murcia, la realidad es aún más deprimente: 910 millones de inversión y expectativas nulas para captar el tráfico que justifique, no ya su rentabilidad, sino su simple operación. En el mundo del ferrocarril se estima que el Estado español ha gastado desde 1985 algo más de 32.000 millones en el desarrollo de una de las más amplias y modernas redes de AVE, con 2.600 kilómetros de vías en operación y otros 1.500 en proyecto. El parque de trenes veloces es de 240, con un gasto de 5.000 millones. Estas macrocifras se tradujeron en 2011 en un número de pasajeros de AVE de 22,5 millones, que se elevan a 468 millones si contamos todos los usuarios de Renfe, incluyendo las cercanías. La ministra de Fomento se refería al escándalo del AVE de La Mancha cuando hablaba de "trenes sin pasajeros", pero es bien cierto que cada día se extiende más la idea entre la opinión pública española de que el enorme esfuerzo hecho para tener una flamante red de AVE no se corresponde con el uso que de ella pueden hacer los españoles..., entre otras razones por el precio de los billetes.
Ni tanto ni tan calvo
Suena casi grotesco hablar de autopistas sin coches, cuando hace tres décadas cualquier desplazamiento en España en temporada alta se hacía a base de paciencia y atascos. En la memoria de quienes lo vivieron están aún grabadas las grandes jornadas de colapsos por falta de capacidad en los principales aeropuertos españoles durante la década de los noventa.Es bueno evitar obras faraónicas, pero también conviene tener la perspectiva de los crecimientos en el uso de las infraestructuras que se han producido en España en muy pocos años. En 1978 existían 2.182 kilómetros de autovías y autopistas y ahora son 18.900. Pero es que hace tres décadas el parque de vehículos era de 9 millones y hoy supera los 30.